Restaurante: A Curtidoria

Un local agradable, luminoso y cómodo. Un trato excelente. Una comida correcta que no pretende anonadar y se conforma sabiamente con satisfacer. No lo consigue siempre, claro (ninguna lo hace), pero siempre hay algo que compensa. Y siempre apetece volver. Un puerto seguro.

Ayer fuimos a cenar a este restaurante y como conclusión: el restaurante muy bonito y en un lugar privilegiado, hacia un poco de frío, no se si no había calefacción, a pesar de estar en enero o no se notaba. La atención, correcta y la comida nada de otro mundo, se comía pero nada espectacular. He comido bastante mejor en santiago en otras ocasiones y en restaurante no tan conocidos. Como conclusión: relación calidad- precio bastante regular, al final pagas el local y la decoración.

Ayer, 6/08/10, mi marido y yo fuimos a cenar al restaurante a curtidoría, nos encantó. Todo excelente, la comida, la atención y el buen gusto del comedor, sin olvidarnos del marco en el que está situado.

Hola, he estado varias, veces en este restaurante. La verdad es que nunca me defrauda. Tanto el trato como la comida son sensacionales, por no hablar del entorno privilegiado en el que se encuentra. Sólo puedo felicitar a su propietario y recomedaros que no os perdáis el arroz que preparan en sus multiples variedades. Todo un acierto.

El otro día estuve cenando en este restaurante y por lo visto en Internet me había hecho muchas ilusiones, pero cuando salí me quedé algo decepcionado. La comida estaba bien, pero no era nada que te sorprendiera. En otras zonas de España nos suelen traer un aperitivo de la casa mientras esperas el primer plato, tal vez en esta zona no sea tradición, no lo se. El pan nos lo trajeron frío y duro, le tuvimos que decir que nos lo calentaran, no nos trajeron una cubitera con hielo para mantener frío el vino, todavía estaba comiendo el postre cuando ya nos habían traído el café y la copa. Por cierto pedimos un ravioli de piña relleno que estaba buenísimo. En mi opinión el sitio esta bien, pero deberían de mejorar esos pequeños fallos que al final hacen que uno no salga totalmente satisfecho.