Restaurante: Amarantos

Una comida de amigos, el trato decepcionante y ofensivo. Para empezar fuimos entrando según íbamos llegando, prácticamente quedaban unas cinco personas por llegar de un total de 16, y pedimos que nos fuesen sirviendo el vino, cuya contestación fue que hasta que no estaríamos todos no servia nada. Una vez sentados todos a la mesa empezó a servir el vino y agua, uno de los comensales le pidió una botella de agua del tiempo al cual respondió ¡señor tengo más cosas que hacer! Ante esta respuesta y otras que no he comentado pero igual de ofensivas le dije... Perdón molestamos? Respondiendo que efectivamente. No quiero extenderme más solo decir que jamás he recibido un trato similar ni nada que se le parezca. En cuanto a la comida prefiero no hacer más comentarios.

Comimos el menú del día y en el comimos paella la cual estaba muy pasada (malísima), el pescado poco hecho, pero se le veía fresco. Entre plato y plato nos hicieron esperar muchísimo. Cantidad de comida, escasa el postre muy bueno pero no volveremos

Restaurante acogedor, se te trata muy bien aconsejandote en todo. La mariscada de bogavante superior, te van sacando los mariscos plato a plato (almejas, gambas langostinos y cigalas, nécoras y centollo, y por último el bogavante). Todo con un buen vino y el postre buenísimo. Voy a volver en octubre, lo aconsejo.

Trato correcto y amable. Es la tercera vez que voy en diferentes planes y seguramente repetiré. El arroz con bogavante es lo que comemos cada vez que vamos.

Está todo buenísimo, la paella, las navajas y el pulpo a la gallega para chuparse los dedos. La atención y el trato inmejorables, con elegancia pero con cercanía, volveremos.