Restaurante: Anahuac

El restaurante menos mejicano en el que estuve nunca -y me gusta bastante este tipo de comida-.

Los platos, insulsos y simples. Los nachos con guacamole, una bolsa de doritos con salsa de guacamole de o´delpaso. El resto de platos, pura invención del cocinero, que nunca entró en un restaurante mejicano de verdad, antes de abrir el suyo.

El servicio, nada simpático. Acepta pocas preguntas sobre los platos, pese a que los han reinventado prácticamente todos.

No preguntes por los platos que llevan tortitas. Si algo necesita una torta, ya se encargan de envolverlo ellos y dártelo hecho en el plato.

Los margaritas, un despropósito. Un vaso de chupito con limonada, al que le han puesto un poco de sal en el borde.

Los postres, ya podéis imaginar, nada especial. Se resumen en 3 variedades de flan, la tarta mejicana -tarta de chocolate con natillas- y algo de fruta.

Para terminar positivamente decir que, al menos, no resulta caro, aunque si ibas con antojo de mejicano, te han aguado la noche.

Nota: Si vas después de haber leído todo ésto, luego no te quejes, porque te lo buscaste solito. Yo no tuve tanta suerte antes de ir.

Diciembre 2008.