Llevamos bastantes años yendo varias veces toda la familia y amigos a comer paella. Antes la encargábamos para comerla en casa. El otro día fueron parte de la familia a comer, y vaya decepción!!!! El arroz totalmente seco, el marisco no se encontraba, los postres no eran lo que se pidió.... A la hora de pagar, cuando la camarera preguntó a ver qué tal, se le comentó que se había comido allí mucho mejor y contestó con un "ya... " avergonzada. Vamos, que no era la primera queja. Y, para rematar, la dueña, que siempre venía a la mesa a dar conversación, ni apareció. Y a la salida se dió la vuelta para no despedirse. Vamos..., que este año me quedo sin paella de antomar. Porque, lo que se dice barato, no es. Y menos para no tener la garantía de comer decentemente.