Restaurante: Asador de Daganzo
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Carretera Cobeña, 1 Daganzo de Arriba, Madrid 28814 Carretera Cobeña, 1 Daganzo de Arriba, Madrid 28814 Carretera Cobeña, 1
Daganzo de Arriba, Madrid 28814
España
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acerca del Restaurante Asador de Daganzo
El Restaurante Asador de Daganzo, ubicado en Daganzo, Madrid, se especializa en la preparación de carnes y pescados asados, así como de varios tipos de arroces y otros platos caseros de la cocina tradicional.
Dispone de varios salones climatizados, ideales para celebrar comidas de empresas y grupos.
Fue galardonado con el "Plato de Oro" a la gastronomía al mejor restaurante del entorno, cuenta con cocineros con muchísima experiencia.
Información de interés sobre el Restaurante Asador de Daganzo
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Precio menú diario: Menos de 15 €
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Precio medio carta: 36-50 €
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Precio menú degustación: 15-25 €
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Especialidad/Recomendación: Especialidades en ibéricos - Pescado fresco. Carnes rojas y arroz con bogavante.
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Bodega: Amplia con varias D.O.
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Capacidad aproximada: 250 pax.
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Horarios: Lunes a Domingos de 06:00 a 24:00 horas.
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Días de descanso - Vacaciones: No cierra.
Instalaciones y servicios del Restaurante Asador de Daganzo
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menú infantil
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menú grupos
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adaptado discapacitados
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zona bar - cafeteria
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salones privados
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local no fumadores
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internet wifi
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acepta vales de comida
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terraza
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recomendado reservar
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acepta tarjetas
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servicio a domicilio
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no tiene local climatizado
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no tiene parking
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no tiene aparcacoches
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no tiene zona ajardinada
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no admite mascotas
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no abre 24 horas
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no tiene zona infantil
clasificación del Restaurante Asador de Daganzo
- Categoria(s) donde figura el Restaurante Asador de Daganzo:
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información adicional sobre Restaurante Asador de Daganzo
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Gerente: Don, Balbino Casas
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Jefe Cocina: Jonathan Casas
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Jefe Sala: Sheila Casas
Fuimos tres personas a cenar el pasado viernes; me lo habían recomendado aunque, por lo leído en una crítica, me hacía desconfiar. Tienen parking privado y cerrado. Aunque sea de tierra (la inmensa mayoría ni tienen aparcamiento) ello no quita la seguridad y el confort que te da el saber que tienes el coche a la puerta (¡y gratis! ). Gran sala –mesas bien colocadas y espaciadas- donde ves cómo hacen tu comida. Detrás -o delante, según por dónde accedas- un gran patio (ideal para este tiempo de verano) con mesas separadas que permiten conversaciones personales sin que te incordien los de la mesa de al lado; lógicamente, siempre habrá el clásico “gritón” de turno. Ausencia de humos en ambos ambientes. La atención muy buena, excelente, dos señoritas súper educadas y amables y muy pendientes de cómo ibas cenando; quizás sería porque sólo estábamos unas 20 personas pero, la verdad, la atención fue excelente y el servicio muy profesional, ni rápido y agobiante ni pesado y lento, en su punto. La decoración no es ni la mínimalista de este tipo de sitios, ni sobresaliente, es muy normal, llevan sólo unos meses y se va haciendo paso a paso. Para mi gusto falta algo de verde, grandes plantas –aún de plástico- y unos manteles en las mesas –aún de papel- que, por mucho que limpien constantemente los hules con “don limpius”, siempre da confianza verlo así y más al aire libre. La carta es muy justa en su extensión y en las explicaciones de cada plato; sencilla. Nos centramos en las carnes y pedimos su opinión, acertamos al 100%. Croquetas caseras generosas, (¡exquisitas! ), provolone a la parrilla (¡riquísima! ), dos piezas de carne (500 grs. C/u) –vacío y lomo bajo-, ¡fuera de serie! (nos faltó pedir la picaña) y dos postres (brownie casero y crep de crema), ¡¡excelentes!!. Pedimos tres jarras de 1l de cerveza (además ¡¡mahou clásica!!, la mejor de España) y todo fue 68,10 €. Si descontamos los 21€ de las tres jarras de cerveza, tres personas adultas hubiéramos cenado muy generosamente por algo más de ¡¡¡45€!!!. Resumiendo, sobre 10 le daría un 8-8,5 (con el mantel de papel le daría un 9 yyyy…). Repetiré y no sólo una vez, aunque desde donde vivo hay unos 80 kms. Entre ida y vuelta. Felicitaciones y no cambiéis, de verdad. Roger
Una vergüenza, sin mas. Un sitio donde no volver ni a tomar una caña. Ibamos un matrimonio con dos niños. Pedimos una ración de calamares, un revuelto de setas de temporada, una ensalada de pimientos con ventresca, tres entrecottes, dos refrescos y una botella de rioja de la casa. El revuelto de setas, salado a más no poder, pedimos cambiarlo, nos lo trajeron de nuevo completamente soso (pienso que para jorobarnos por haber devuelto el salado). La ensalada de pimientos estaba tan fría que hacía daño en la boca y no sabía a nada. Ninguna de las piezas de carne estaba al punto que pedimos. Tuvimos que levantarnos de la mesa a la barra a pedir sal, ya que el servicio era nefasto, estaban dentro y se olvidaban de tí. Estábamos en la terraza de fuera. Ningún camarero cerca de las mesas, salvo una chica que avisaba a la "encargada" (10 minutos para traer una botella de agua), que llegaba cuando le daba la gana. Tiempos de espera inaceptables. 25 minutos entre los primeros y la carne. Ni nos preguntaron por los aperitivos que entraban con las bebidas. Tampoco trajeron los que te cobraban con el pan. Veinte euros por cada entrecotte fino y canijo, con guarnición de patatas aceitosas. Poca comida y precio alto para lo que te dan (110 euros nos cobraron). En fin, si te gusta tirar el dinero ya sabes donde ir.
Comí por trabajo en cien ocasiones siempre muy bien, la ultima vez con mi familia paradojas de la vida el arroz con bogavante, la verdad no nos gusto, ni ami ni a mis hijos pero bueno un día es un día
Esta muy bien, lo único que le falta para ser perfecto es un parking, este es el único fallo que yo le encuentro. La comida es de calidad y el servicio esmerado.
Un muy buen cordero el que nos hemos comido. Sinceramente merece la pena y seguro que volveremos. Los postres... De 1ª y la atención muy buena. No se como se puede quejar la gente... Saludos a todos
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