Personal de sala, lento. Tardaron mucho en pedirnos las comandas. La carne de uno de los comensales, dura y seca. Llenaron el comedor de humo provocado por una de las mesas, a lo cual no supieron estar a la altura ya que pusieron el extractor tarde, provocando una humareda con picor de ojos y garganta. Salimos con olor a fritanga tanto en la ropa como el pelo. Pasamos frio en el comedor, la calefacción apenas la pusieron. Cuando reclamamos se limitaron a pedirnos "perdón". No merece la pena volver, hay restaurantes mejores en Bilbao y más económicos y con una atención exquisita.