Una vez más pasé una noche formidable, la comida buenísima y muy casera. El servicio con un trato bueno y muy familiar, una estrella para los postres en especial a la tarta de chocolate que me transporto a mi infancia cuando pasaba el verano en Trillayo. Espero a finales de junio volver a disfrutar otra vez del lugar, su comida y su gente. Un saludo.