Cuando hacemos la reserva nos preguntan si vamos a tomar el menú de calçot y les decimos que no, no nos gustan, que comeremos a la carta. A las 14 h. Estábamos pidiendo y los entrantes nos los sirvieron rápido, pero el restaurante se lleno y empezaron a servir los menús por lo que nuestros segundos no llegaban, a las 16,30, todavía quedaban dos comensales sin el segundo, cuando hacia una hora que el primero se había comido su carne,éramos 8 comensales, como nuestras quejas tuvieron poca repercusión y ante el disgusto reinante e la mesa, decimos que no traigan lo que falta, pagamos religiosamente la cuenta, porque para reclamar primero hay que pagar, y pedimos la hoja de reclamaciones, casualmente no las encontraron, resumiendo, dos personas sin comer, toda la familia disgustada y el que comió, ante las discursiones y disgustos, le sentó mal. La dirección no supo capear el conflicto. Nunca lo recomendaría y por supuesto no volveremos.