Diferente. Variado. Fantástico. Los vinos demasiado caros. Para una ocasión especial merece la pena. El servicio profesional y encantador.
Diferente. Variado. Fantástico. Los vinos demasiado caros. Para una ocasión especial merece la pena. El servicio profesional y encantador.
Gran experiencia del sentido del gusto. Quizá excesiva vigilancia desde el centro de los camareros, aunque no agobiante. Simpatía por parte del personal. ¿porqué un porcentaje grande de vinos franceses, frente a los nuestros? Nada más, en definitiva gran recuerdo. Un saludo
Una experiencia inolvidable que hay que vivir, no hay palabras. Las estrellas son bien merecidas para todo el equipo del restaurante, majisimos.
Perfecto todo, lo que se puede esperar de un restaurante 2 estrellas, creo que acertaron en el cambio de ubicación, situación, arquitectura, decoración, iluminación, temperatura, muy bien, silencio, ambiente, velocidad a la de ir sirviendo, sin prisas, sin pausa, todo equilibrado. Realmente muy bien. Preocupación de inicio por si algún plato no era del gusto del comensal, buscando una alternativa a él. Creo que es de los sitios que por lo menos una vez en la vida hay que ir. Hay otros pero este es uno. Gracias atrio
Estuve hace unos 25 años, tengo un recuerdo imborrable de mi paso por atrio,resulta que tendría yo unos 20 tacos y acudí junto a mi hermano y mi padre. Mi padre se vio obligado a invitar a unos profesores al que se unieron sus mujeres, nos ubicaron en una sala privada roja, se me ocurrió pedir un muslo de algún animal y me presentaron un plato gigante con un muslaco tremendo que no era nada manejable para mí, sobre todo ante gente que no era nada amigable para mi. El caso es que ni lo toqué, sentí una vergüenza tremenda ante tal bicho, lo que más me apenó fue el dineral que pagó mi padre por esa comida con unos extraños y sobre todo con mi plato que lo devolvieron a la cocina tal cual y que supuso un alto costé para mi padre por mi culpa... Pienso que los responsables de cocina deberían haberlo metido en un bol para habernóslo llevado. A pesar de estar mál visto.. La verdad es que nadie debería sentirse obligado a invitar y gastarse tal dineral con gente que no lo merece. Por lo demás la comida debería ser buena teniendo en cuenta que tienen estrellas michelin.
Excelente nivel de comida. Servicio inmejorable. Una experiencia muy recomendable. Aspectos a mejorar (nadie es perfecto): más tranquilidad en la entrada y salida para degustar la decoración y el ambiente; vinos fuera de precio, no se justifica su precio; la degustación que tomamos repitió ingredientes (setas, foie, vieira); cobraron el vino 5€ por encima del precio de la carta (no dijimos nada)
Ha sido un placer para los sentidos. El trato ha sido cercano, a pesar de la 'seriedad' que inevitablemente debe tener un restaurante de este estilo.
Fenomenal en conjunto. La única pega es lo complicado de aparcar pero si se valora la ubicación del restaurante se hace menos incómodo.
Que maravilloso restaurante, la atención de los propietarios toño y josé como sus empleados es personalizada con gran, la comida, la mejor la cava de vinos, no se pasa ningún detalle, fuimos en familia con los niños y que gran experiencia hemos vivido, no dejes de visitarlo... Saludos a toño y josé por su gran atención, oscar gonzález. Medellin colombia.
Fuimos recomendados por un familiar que había estado hace unos doce años, es decir mucho antes de trasladarse al casco antiguo de Cáceres. Nuestra experiencia no tuvo nada que ver a la de el, desgraciadamente para peor. El sitio es precioso, todos los detalles están cuidados con esmero, el servicio para mi gusto un poco absorbente, la elaboración de los platos buena, pero nuestra opinión es que el precio es excesivo pero muy excesivo, no se puede pedir por un menú super escaso 100 euros y luego cobrarte el pan aparte y la bebida, no me refiero a vino por supuesto, ya que no hay una botella más barata de 60 euros, sino a 24 euros de agua. Soy consciente de que el sitio y el servicio hay que pagarlos, pero no tanto sobre todo cuando la sensación que tienes cuando sales es de haber matado un poco el hambre.
La comida simplemente deliciosa, de principio a fin. Todo cuidado al más mínimo detalle. La atención totalmente personalizada, incluso el propio chef toño pèrez te recibe, te guía e incluso si puede adapta el menú a tus preferencias. Una experiencia inolvidable. Resulta caro, sobre todo en los tiempos que corren, pero merece la pena ir y darse un capricho de vez en cuando.
Esta foi a 2ª vez que tive oportunidade de comer no atrio, a 1ª vez ainda nas antigas instalações. Como nessa altura continua a ter uma qualidade óptima na comida e uma melhoria significativa nas instalações e serviços. Recomendo a todos os que possam lá ir
Estuve el domingo pasado, 1 de mayo y hacía por lo menos 5 años que no iba. Era la primera en su ubicación nueva, para mi, de decoración demasiado mínimalista y demasiada madera. Por lo demás, la comida espectacular, así como el servicio y José polo, siempre encantador. Estuvimos con dos niños en sus carritos y nos trataron de maravilla. De hecho a José polo le encantó que fuéramos con niños. Tomamos tres vinos, un burdeos, un rioja y un bierzo. El burdeos, recomendado por el sumiller, nada del otro mundo, más bien regular. De hecho la única pega que le pongo al restaurante es el sumiller, que creo que no está preparado para la categoría de la carta. Yo, que me dedico a los vinos, le puse a prueba dos veces y vi que no tenía mucha idea. Además, al vernos jóvenes, yo creo que nos menospreció y nos recomendó un vino que para mi, quería quitárselo de encima. No comprendo como tienen este sumiller teniendo una de las mejores bodegas del mundo. Ah! Otra pega es que no tienen ningún vino de menos de 40 euros, los de ese precio están alrededor de 20 en otros restaurantes. Pero bueno, aún así, como nos hicieron la velada tan agradable y la comida fue tan buena, nos quedamos con muy buena impresión...
Sencillamente espectacular, en todos los sentidos, la comida, el sitio, el personal y los dueños. Una experiencia difícil de repetir, tres horas disfrutando en un restaurante en el que se han cuidado todos los detalles, la cocina espectacular donde una cuidada elaboración y presentación no evitan que predominen los sabores de los productos, reserven un hueco para los postres.
Comer en Atrio es jugar en otra división. Si no disfrutas probando sabores y texturas diferentes, comiendo en platos de cartier y tomando café en porcelana de limoges, mejor que no vayas. El servicio es sencillo y amistoso aunque el jefe de sala a veces se pasa de parlanchín y no deja disfrutar de la comida tranquilamente. Lo peor: después de comer allí todo lo demás te parecerá poco.
Totalmente de acuerdo, yo fui hace algunos años y tengo que decir que siempre estará en mi recuerdo y quiero empezar el año dándome un nuevo homenaje, en uno de los mejores restaurantes del mundo. Vivan los extremeños.
He visitado este restaurante el verano pasado y me ha encantado. Cominos el menú degustación de 110€ en platos de limoges para cartier, con música clásica de fondo y unas pinturas impresionantes. El servicio de sala es encantador. Pagamos un poco más de 300€, eramos dos comensales... Volveremos, merece la pena, es un experiencia preciosa. He visitado muchos restaurantes en todo España, algunos en el país vasco de mucha fama y ninguno como este. Cuidan todos los detalles... Al salir me ofrecieron unos caramelos hechos por ellos exquisitos.
Cocina repetitiva. El menú degustación repetia varias veces un elemento con lo que todo parecía al final igual. Además cuando se paga más de 100 euros por el menú degustación es poco elegante cobrar el agua, que por otra parte no había pedido y que se servía en una jarra que rellenaban para toda la sala de un brick. Poca categoría para pretender tanta.