Restaurante: Bar Filka

Penoso, una vergüenza. Mala gestión, comida muy regular, al chocolate a la taza de brick en frío te lo venden como crema de chocolate. No quieren cobrarte en metálico.

No nos gustó nada. Nos ofrecieron el menú de veintípico euros sin decirnos que había otro de 15. Como oímos que lo pedían en otra mesa, lo pedimos nosotros también. La sopa castellana estaba buena, pero los trigueros, aguados y sin sabor. Los segundos, un desastre. La merluza rebozada, directamente estaba congelada por el centro. Las chuletas, hubo que pedir que las volvieran a pasar, porque estaban crudas. Los baños, un desastre, sobre todo yendo con un niño: sin papel, casi sin agua para lavarse las manos, y no muy limpios. En cuanto al servicio, tampoco es que fueran muy amables, aunque es cierto que tenían mucho jaleo. Vamos, que con lo bien que se come en Sepúlveda, creo que elegimos el peor sitio.

Si no te gusta el lechazo "las cagao"a nosotros no nos gusta y no tenían nada de lo que ponia en la carta,osea un desastre, por lo menos no fue caro.