Restaurante: Bar Vareta

Nos lo aconsejaron como un restaurante típico, de cocina tradicional de la zona, de toda la vida. Mi opinión es que toda la vida lo están haciendo mal. Cuando salgo a comer o cenar en fin de semana, la idea es disfrutar, no a llenar la panza. Producto de poca calidad y mal elaborado, eso si, cobrar se les da bien.

Fuimos recomendado por un amigo. Comimos al medio día unas gambas rojas de primera, unas cigalas y gamba blanca. Todo espectacular. El dueño vicente. Genial es un comercial fabuloso y lo mejor es dejarse llevar. Hasta donde uno pueda. Después unas cañaillas ricas. Ricas. Quedamos bien. El postre y tus mistelas. Lo bueno es que por la noche volvimos a cenar. Tellinas. Alcachofas y unas pescadillitas fritas recién traídas de la lonja. Vivimos en Valencia pero no dejare de venir más dias. Que solo son 100km. Para mi mejor que la zona de calpe. Y más cerca. Buen provecho a todo el vaya. Un saludo a vicente y jose. Volveremos.

Fui al restaurante recomendada por un amigo de la familia pero no he salido tan contenta como me esperaba: las "raciones son demasiado pequeñas para lo que cuestan". El arroz a banda "especialidad" deja mucho que desear (insípido). La calidad del genero es excelente pero considero que, en los tiempos que corren, aquel que puede o quiere gastar un buen dinero en comer no debe salir con hambre.

Excelente gamba roja, la mejor de la zona, fabulosas sus "cañaillas" y el resto de tapas a gran altura, trato inmejorable y agradable charla con el dueño, recomendable 100%. Espero en estas fallas deleitarme con su fastuosa gamba roja.

Materia prima de primera calidad, pescado muy fresco traído de la lonja diariamente. La cocina es mediterránea y casera, destacaría la gamba roja, el gallo San Pedro a la plancha, los pescaditos fritos, pan tostado con tomate y jamón, etc. Recientemente y en las nuevas cartas ha incorporado toda una variedad de arroces a cada cual mejor. En los postres sobresale la tarta de calabaza con chocolate hecha por la abuela al estilo de siempre y últimamente ha incluido una de almendra muy rica. La bodega sin ser una panacea posee toda una variedad de caldos de la zona muy interesantes. Calidad precio mejor que la media del sector. El trato es muy personal y se siente uno como en casa. El local aunque es el típico bar restaurante es luminoso, diáfano, con aire acondicionado, agradable sobre todo en la época estival y está ubicado prácticamente en el centro de la ciudad.