Restaurante: Bernardo Etxea - Bar Restaurante

El rodaballo muy justo. En mi opinión le faltaba un poco de sabor. Por lo demàs todo muy bueno. Las cigalas salteadas en su punto.

Yo realize mi reserva a traves de su pagina web, pero se deberia avisar que hay 2 comedores, dado que uno es inaccesible para gente minusvalida

Había oído hablar muy bien de este restaurante pero sintiéndolo mucho no puedo ratificarlo. Tomamos unas gambas a la plancha que nos sirvieron templadas casi frías, la ensalada de bogavante sin gracia y con excesivo aliño y una merluza en salsa algo demasiado hecha, las cocochas estaban buenas. Los postres francamente mal, el hojaldre muy pasado y un browny de chocolate flojo. Todo esto a un precio bastante alto.

En pleno corazón de la parte vieja donostiarra, se encuentra este restaurante, de dos plantas. La verdad es que solo conozco la planta superior, pero nada me hace pensar que la que no conozco pueda ser peor. En la entrada, después de pasar por un pasillo lleno de pintxos magníficos, cosa que tampoco es de extrañar teniendo en cuenta que estamos en la parte vieja donostiarra, pasamos al comedor dejando a la derecha una acuario llena de langostas y bogavantes, que posiblemente degustéis y si es así no decepcionaran, os lo aseguro. Aun que de ser la verdad es que el precio subirá un poco, yo de hecho diría que el precio oscila entre 30 y 45 por comensal. Eso si comiendo muy bien y por que no, mucho. El pescado fresco es magnifico, en este restaurante lo hacen a la parrilla, yo diría que es su especialidad. Aunque no pedimos carne lo cierto es que también tenia una pinta estupenda. También en este restaurante tienen una carta de vino muy extensa. Los alvariños que tienen en esta casa son magníficos y sobretodo tienen unos precios muy ajustados.

Estuvimos el verano pasado y la verdad es que no nos defraudó, aunque sí que pienso que debería mejorar algunos aspectos. Uno de ellos es el esmero en la preparación y presentación de los platos. Pongo por ejemplo el txangurro, me decepcionó bastante ver lo que servían como txangurro. Si en algún sitio se debería preparar un buen txangurro es en donosti. A mí me gusta mucho e incluso lo preparo un par de veces al año en casa al estilo del club ranero. Mi mujer, que está acostumbrada a probar el mío y otros txangurros se quedó también perpleja al ver el txangurro de bernardo etxea. Escaso, sin color, sin sabor, se notaba que no estaba hecho con buen producto. Pero es que se notaba hasta que estaba hecho sin esmero. El resto no tengo queja, sobre todo en el apartado de vinos, servicio y recomendación correctos. El restaurante en sí tiene un comedor inferior algo más elegante y tranquilo que la bulliciosa entrada y barra, y el personal es amable y atento, algo serio si me apuras, pero bien. El precio, hombre, no es para ir todos los días. Por el mismo precio hay otros sitios en donosti donde se puede comer mejor (y peor también, que conste).