Restaurante: Bianco

Lo siento, pero no merece la pena para ese precio. Pero ni aunque hubiese tenido el precio más adsequible. Lo señores, 41€ por pareja, y solo tomamos un carpaccio de gambas (malísimo) a 11€, y un mini-plato de pasta que no estaba mala, pero tenía 6 raviolis contados, lo juro. Todo eso con una botella de lambrusco barata, que no sé ni cuanto le ganaron al precio que nos la pusieron. El postre de chocolate, una especie de shouffle, estaba bueno, pero el plastico que lo rodeaba no creo que sea la mejor forma de presentarlo ni para poder disfrutarlo. El postre del mousse de chocolate blanco, tenía barquillos de cucurucho por dentro, y de verdad que intenté buscar el sabor a chocolate blanco, pero no hubo manera. Al principio nos querían poner en una mesa pegadísima a una pareja, y yo ya me sentí incómodo, seguramente al vernos, cambiaron de opinión y nos llevaron al restaurante interior. Las camareras simpáticas pero algo torpes, tuvimos que repetirle de qué queríamos los raviolis 3 veces. La decoración es original, pero la comida deja mucho que desear.