Restaurante: Bodega Góngora

El servicio fue lamentable, recuerdo a un señor de mediana estatura, con gafas, como levantaba la voz y recriminaba a unos ancianos que no eran españoles, les gritaba a la cara y les decía, ¡¡tenéis mucha cara!!, los camareros totalmente desatendiendo en la terraza y haciéndose bromas entre ellos de forma oscena, no encuentro palabras sinceramente. Cuando llegó la comida, habíamos pedido unas cervezas y algo para picar, un poco de jamón y queso, después, unas espinacas espantosas dignas de echarlas para atrás, y algunos fritos, le preguntamos al camarero que nos atendió que si los calamares eran calamares de verdad y nos trajeron potas bien cortadas, pero no calamares, aquello parecía un circo, ya que los camareros cada vez que se acercaban contaban chistes de mal gusto, realmente lamentable, nos llevamos una muy mala impresión, ya que no teníamos ese tan mal concepto de aquel lugar tan nombrado como se hacía sonar, nos percatamos también de que los empleados se reían de la gente que pasaba por la terraza, vergonzoso. Bueno, contaría un sinfín de anécdotas que nos hicieron pensar en la no vuelta a aquel llamado "restaurante", dejando muchísimo que desear, espero lo tengan en cuenta al leer nuestra queja, muchas gracias.