Restaurante: Braseria Antigona

La comida es buena, pero el personal muy mal educado después de tenernos 40 minutos esperando el segundo plato, no son capaces ni de justificarse, y cuando pedimos la cuenta nos tiran la cuenta con muy mala educacion

Organizamos una comida para casi 40 personas en el restaurante, pagamos más de 800€, pero no quedamos nada satisfechos. Pero el motivo principal de poner la reclamación en las redes fue su reacción a nuestra reclamación detallada. Sólo escribieron: "si tiene que reclamar.... Simplemente limitese a hacerlo en nuestro restaurante. " ¡pues no! Quiero hacer público nuestra reclamación para evitar que más gente se sienta engañada o para que el restaurante al menos dé la cara y mejore su servicio y gestión de reclamaciones. Nuestros motivos de queja son: falta de sitio: indicamos que seríamos 39 personas y sólo habría cubiertos y sillas para 36. Reserva de menús y platos: cuando fuimos a reservar, nos dijeron que no hacía falta reservar los platos, "solamente tiene que indicar qué postre quieren". No obstante, antes de venir a tomar nota, ya hubo varios platos que "ya no quedaban". Se sirvieron unos platos diferentes a lo pedido sin avisar del cambio, provocando el enfado de varios comensales, que estaban ahí para pasárselo bien. En todo eso, la actitud del camarero responsable de nuestras mesas no ayudó para nada. Fue negativo con los comensales, echando la culpa a otros. Aperitivos resultaron muy caros: el día anterior nos comentaron que pondrían unos platos de jamón y queso y que costaría unos 50€. No obstante en la cuenta indicaba 160€! Habían puesto el doble de platos, sin consultar, pero aún así, la cuenta debería ser máximo 100€. La comida (sobre todo de los niños) llegó muy tarde. Entramos a 14h, pero no fue casi hasta las 15h que nos empezaron a tomar nota, después de reclamarlo nosotros en varias ocasiones. Sobre todo los niños y personas mayores tenían hambre y resultó que trajeron la comida de los niños casi los últimos, cuando ya todos estaban comiendo. Bistec duro: uno de los bistecs estaba tan duro que no se podía comer.