Restaurante: Ca la Kati

Estuvimos un sábado a mediodía, paramos de casualidad porque tiene parking y nos pareció buen sitio. La carta no es muy amplia, sobre todo tienen diferentes menús a escoger, sobre precios de 25-30-40 €. Pedimos paella, eramos 4, y en mi paella, cuando estaba a punto de acabarla me encontré un bicho sospechoso, la verdad es que me dio bastante asco, era como un cien-pies. Se lo comenté a la camarera, pues no me lo pude terminar, y salió el cocinero, diciendo que era un bicho del mejillón..... Y un jamon, he limpiado muchos mejillones en mi vida y nunca me he encontrado nada raro, y mi marido lo buscó por internet y realmente era un ciempiés. La verdad, es que eso le puede pasar a cualquiera y en el mejor de los restaurantes, pero considero que mintiéndonos de esa manera nunca más voy a volver a ir, podría habernos dicho la verdad, o al menos disculparse e invitarnos a los cafés, somos gente humilde, pero no, el tio se dio la vuelta y se quedó tan ancho. Yo no lo recomiendo para nada.