Restaurante: Cafetería Bambu

Fuímos a pasar una semana a Salamanca, con tal mala pata que la primera noche fuimos a tomar unas tapas a este lugar... Nada más llegar el camarero con cara de pocos amigos nos miró con asco sin preguntarnos nada. Yo inocente de mi le pregunté que nos explicará un poco las tapas típicas de allí y cuales nos aconsejaba; aún estoy esperando una contestación por parte del mismo..... Me sentí fatal y pensé que los salmantinos eran muy secos.. Menos mal que luego fuimos al momo y todo fue al contrario, buen trato, buenísimas tapas, buen ambiente y sobre todo buen trato y buen precio.

Que ganas teníamos de llegar al tan recomendado Bambú en Salamanca, ubicación perfecta, ambiente acogedor y típico PERO... AY EL PERO... nada más entrar, un camarero con cara de pocos amigos nos trata con bastante desprecio, aún así empezamos a elegir nuestros pinchos y al preguntar si podíamos pagar con tarjeta, con un comentario de burla, nos contesta que sólo aceptan el pago con tarjeta, con importes superiores a 30,00 €. Pedimos 5 pinchos, una ración, una tapa y dos cervezas y tuvimos que ir a un cajero para poder pagar. A la hora de pagar, también nos ignoraron un buen rato hasta que les dio por atendernos. No entiendo cómo no cuidan la atención al cliente en una ciudad tan visitada por turistas, es una auténtica pena.