Restaurante: Can Arabí

Hace años que vamos al restaurante. Al principio eramos un grupo de jovencitos y nos encantaba ir al restaurante. Ahora somos los mismos amigos, pero nuestras familias han aumentado y nos atienden muy bien cuando vamos con los niños. La comida nos gusta mucho. La sala con cristaleras es amplia e ideal. Tiene vistas a binissalem muy bonitas, está en alto, en la montaña, a tres minutos del pueblo.

No vayan!!, trato agresivo somos de fuera de Mallorca fuimos a este restaurante y nos encontramos con que es un camino de montaña estrecho y de noche sin iluminar, iba poco a poco conduciendo con mi novia y detrás se nos puso un jeep de un habitante del pueblo: nos acoso, nos apretaba por detrás, casi nos dio aposta cuando giramos hacia el restaurante, y además iba al mismo restaurante!!!! Que sorpresa que cuando baje del coche el dueño del restaurante salio a recibir a semejante individuo y se ve que eran amigos!!!!, me dirigi al dueño y le explique lo sucedido, que no somos del lugar y no conocemos el camino, el individuo del coche me intento agredir, me insulto a mi, a mi idioma a mi familia, le dije al dueño que eso no se podía permitir y no íbamos a cenar, nos empezaron a perseguir, amenazar, creíamos que no salíamos de allí. No vayan muy peligroso!!! ; y encima he visto que organizan comuniones :o

Me sorprendió agradablemente. Situado en un paraje de gran belleza. Decoración bonita. Comida muy gustosa. Amplia carta de vinos. El servicio bueno, aunque es deseable se mejore la profesionalidad de los camareros: uno de ellos tiró sopa sobre mi chaqueta pero el otro colaboró amablemente para quitar las manchas. A pesar de todo lo recomiendo.

El restaurante y la comida buenísima y el servicio normal sin problemas. El problema surgió en la piscina con el encargado de dicho sitio, donde hicimos la barra libre. Es una persona sin educación, muy mal hablada y no tiene respeto con los clientes. Pero el encargado del restaurante fue excelente.

El restaurante Can Arabí nos ha sido recomendado por amigos vecinos de Binissalem. Intentaré ir a lo concreto y desglosar por partes las impresiones que los dos comensales hemos recibido de este establecimiento.

Situación y entorno: El estilo del mismo se asemeja al de una finca rústica típica mallorquina. El ambiente del entorno y las vistas al pueblo son agradables. Los alrededores parecen bien cuidados, el jardín de cesped, etc. Tiene unas zonas de juegos para niños con columpios y artilugios de hará mucho más de 10 años, los cuales ya no reúnen la normativa vigente. Por lo tanto, no es recomendable para niños activos y osados, no sea cosa que los materiales de hierro puedan resultar un peligro para ellos. La terraza del restaurante, debe ser atravesada de principio a fin por todos aquellos clientes que deseen entrar o salir del restaurante, lo cual resulta incómodo cuando se desaloja la piscina que tienen en el lado opuesto de la finca; Como fue en el caso de la velada que nos ocupa, saliendo una docena de adolescentes, todos a la vez y mirando nuestros platos, evidentemente ya que estaban hambrientos después de una tarde de juegos.

El servicio: De los dos camareros que servían en la terraza nos atendió una señorita o señora que parecía no tener mucha paciencia cuando nos intentábamos decidir por un vino rosado. No fue muy difícil la elección ya que sólo había tres y encima de aguja.

Cuando ya teníamos la picada puesta en la mesa, la camarera se sentó en un poyete a unos cuatro metros de nuestra mesa, parecía un rincón disimulado pero evidente para los únicos clientes que estábamos alli, y estuvo charlando durante un ratito sobre televisiones de plasma con su compañero. La retirada de los platos, no sé por qué razón, la realizó parcialmente tanto en la picada como con el plato principal. No hay nada más incómodo que estés todavía comiendo y ves que la mesa va quedando vacía y tú eres la última, parece que estuvieran pidiendo que termináramos.

Sin preguntarnos si deseábamos postre, nos plantan la carta sin casi mirarnos, lástima que no deseábamos prolongar nuestra velada en tan "profesional" establecimiento.

La comida: La carta no es extensa en cuanto a comida de la tierra, faltando en la misma la gran variedad de platos que proceden de nuestras tradiciones y que tanto combinarían con la estética y popularidad del local. De entrante pedimos frito de marisco, fuerte y salado de sabor. Como platos principales cochinillo y pierna de cordero, buenos de sabor pero igual que en muchos sitios, ni peor ni mejor. La guarnición del cochinillo era una ensalada de las que vienen en el super preparada, espinacas y demás hojas de color verde intenso que no tenía aspecto de refrescar el paladar. Lo mejor las patatas, sencillas y fritas en su punto. La guarnición de la pierna, verduras salteadas y patata a cuadros igual que el cochinillo.

El precio por cubierto es de 25-30 €

En estas ocasiones, son en las que añoramos habernos quedado en casa, aunque no ha sido tan terrible, no volveremos ni lo recomendamos. Modestamente queremos aconsejar al dueño, que contrate un maitre para poder estar al nivel de tanta competencia como existe en Mallorca en restauración.