Fuimos en familia, teníamos una mesa para los adultos y una mesa para los niños, el restaurant no estaba demasiado lleno, pero el servicio fue super lento. En primer lugar tomaron nota a los niños para que los pequeños no tubieran que esperar, todo correcto después tomaron nota en la mesa de los adultos. Los niños empezaron antes a comer el primer plato, como es normal, los segundos platos de los niños los sirvieron cuando los adultos estábamos acabando los segundos. Los postres de los niños también tardaron muchísimo. Después pregunté y supe que han cambiado de titular, la verdad han perdido mucho. La carta solo está en castellano, todo el personal también solo hablan en castellano, ni tan siquiera un bon dia. El menú correcto, pero nada extraodinario, el precio de los adultos 28 euros y los niños 18 euros. De momento no nos quedan ganas de volver.