Conocíamos este restaurante de hace años, de haber ido en tres o cuatro ocasiones e incluso de haber organizado un encuentro motero hace un año de unas 20 personas. Decidimos mi pareja y yo buscar un lugar especial, fuera de lo habitual para reunir a 54 personas entre familia y amigos en un día tan especial e importante como nuestra boda, y decidimos que podría ser can quel ya que es diferente... Y habíamos comido bien hasta el momento. Fuimos a concretar todo... Ocho entrantes y tres segundos a escoger, un sorbete entre ambos y el pastel de bodas, total 39 euros persona. Unos días antes fuimos a probar los segundos... Buenísimos la carne tierna y jugosa y su salsa concentrada y sabrosa, el bacalao a la miel igual. El día anterior a la boda fuimos a llevar el cava, las flores y las tarjetas por nuestra cuenta ya que no entraba en el presupuesto. Ahí ya empece a preocuparme, vi manteles con agujeros, sin planchar, la cristalería diferente en cada mesa, y todo lleno de polvo. Con bastante vergüenza por mi parte, tuve que comentarles al menos lo de los manteles y el polvo en todo el mobiliario. Me dijeron que tenían previsto quitarlo al día siguiente (con las mesas montadas) por suerte al menos lo hicieron, aunque cayera polvo en los platos, cubiertos y vasos.. Los manteles los dejaron igual. Cuando llegó la hora los entrantes a parte de que la presentación era pésima, la elaboración era aún peor y todo frío. Croquetas secas, berberechos con arena, mejillones pasados de cocción, y todos los platos helados. Estaba deseando que llegaran los segundos porque esos si los probamos y estaban muy buenos.... Pero por desgracia no mejoró, la carne estaba dura, la salsa liquida y como los anteriores fríos. El bacalao más de los mismo, estaba más o menos en su punto, pero apenas sin miel y con dos pasas para decorar y por supuesto frío y para rematar un vino que no se sabía su precedencia ya que lo presentaron en botellas sin etiquetar y abiertas y para finalizar la tarta de una pésima calidad, con un relleno exagerado de algo que parecía nata y decorada con una especie de crema y fresas..... Un desastre. Soy cocinera, entiendo del tema pero es que además entre los invitados también habían varias personas del gremio de la restauración y coincidieron con nosotros en la valoración pésima; no buscábamos platos sofisticados, sino algo más cotidiano pero de calidad... Esta claro al menos en nuestro caso, que un evento como en este caso una boda con cierta cantidad de personas a la vez, les supera y no están preparados para ello. Por lo tanto me parece de poca honestidad que cuando le fuimos con la propuesta nos prometieron que todo saldría bien y que quedaríamos muy satisfechos. Por nuestra parte no volveremos más,(aunque reitero que las veces que fuimos quedamos contentos) porque además ni siquiera aceptaron las criticas y nos pusieron de mentirosos.. Y se permitieron además de comentarios irónicos, por ejemplo respecto a los berberechos nos dijeron que si tenían arena ya irían a reclamar a mercadona. Para ser totalmente honesta hubo algo que lo hicieron a nuestro gusto, y fue la forma y los momentos en poner cada pieza de música según nuestras instrucciones.... Por ello le damos las gracias a la chica que se encargó de ello. Visitado el febrero de 2015