Restaurante: Casa Santa Pola

Nos encontramos con un bonito restaurante acompañado de unas maravillosas vistas, algo que nos llamó mucho la atención. Por lo que decidimos llamar para hacer una reserva para el siguiente día y, ¿cuál fue la sorpresa? Recibimos un pésimo servicio. Después de esperar 45 minutos por una paella, nos trajeron una equivocada, obligándonos a consumirla a la fuerza. Supuestamente, nuestro pedido vendría en 2 minutos y volvimos a esperar otros tres cuartos de hora. Mientras almorzábamos, tuvimos que recordarles varias veces una copa de vino que nunca venía, porque directamente los camareros hacían oídos sordos. A la hora de pagar nos encontramos con el engaño de que todos los precios que se reflejaban en la carta no eran reales. Después de pagar una cuenta absurda con unos precios extremadamente elevados para el servicio que recibimos, nos marchamos, y tan solo 10 minutos más tarde recibimos una llamada telefónica de la dueña del restaurante, reprochándonos por nuestra mínima reclamación, descalificándonos con ofensas como ``vosotros no sois clientes para mi restaurante, sino para el mc donalds´´ (siendo éste un lugar con más educación y profesionalidad que ellos) unido a muchas otras. Además insistía en que en su local no siempre el cliente lleva la razón, aún teniéndola. Una buena observación fue que el comedor solo lo integraban extranjeros y se veía perfectamente que no tenían clientes habituales, seguramente debido a experiencias como esta. Claramente estas personas no están cualificadas para llevar dicho negocio, y no están para nada a la altura del lugar.

Estupendo marco con magnificas vistas y sensacional cocina con extraordinaria materia prima. Vanguardista sin "locuras" y una excelente relación calidad-precio

La descripción no coincide en absoluto con el lugar que he visitado el pasado mes de agosto. Solo dice la verdad cunado habla del balcón colgante donde caben apenas 3 mesas, el resto malo, malo y malo...

El restaurante está situado en un marco incomparable, con unas vistas maravillosas. Los camareros tienen un trato agradable y los platos que elegimos estaban en su punto. Nosotros cenamos el día 29 de agosto de 2. 009. Pero todo no es positivo, el camarero nos ofreció unas aceitunas y unos vasitos con sopa fria de melón con menta, obsequio de la casa que después en la cuenta nos cobraron junto con el pan, dos pequeñas rebanadas de pan duro y con mal sabor, por un total de 2,5 euros por persona. Es una pena por que es un detalle poco correcto, te regalan algo que después te cobran.