Es un sitio muy bonito, con jardín lleno de plantas y un cenador fuera cubierto precioso. Tiene muchas mesas al aire libre (cosa que ahora está muy bien para los fumadores como yo) y se come de maravilla. A mi personalmente me encanta el pote y los tortos (sobre todo el de pisto con huevo), pero a mi marido le priva el cachopo y el solomillo, además de un arroz con leche de postre que no probaréis más rico. A mí siempre me han tratado bien, incluso diría que son bastante atentos. Yo lo recomiendo porque relación clidad/precio esta genial.