Restaurante: Casa del Tío Venancio

Tuvimos la gran suerte, porque fue de casualidad encontrarnos con este restaurante, que en un principio nos pareció un bar de pueblo; pero cual fue nuestra sorpresa al pasar del bar al restaurante. Tiene un patio interior precioso, el restaurante está muy bien y todo impecable y si a eso le añadimos que se come de locura y el trato de la niña que lo atiende es muy agradable.... Pues aun hace que te guste mucho mas. Los precios son muy buenos, los vinitos también y esa crema de orujo hace que te vuelvas adicta a ella. En definitiva: nos encantó y nos escaparemos en cuanto podamos para volver a comer ese queso frito, esas setas rebozadas.....