opiniones sobre el Restaurante Cavas Canals Casanovas - Sant Sadurni

Solo deciros que si vais a comer os lo toméis con mucha tranquilidad podéis esperan para que os den la mesa un par de horas teniendo mesa reservada, la comida mediocre, el servicio demasiado bueno para todas las mesas que tienen que atender estaban saturados los camareros un 10 igual que la cocina. Les da igual que vayas con niños pequeños, y que tengan que comer a las 17h, no entiendo como había tanta gente porque el menú eran 30 euros ninguna ganga para lo que ponen, hay cavas en las cuales se come mejor y tienen precios más económicos y mucho mejor servicio en fin horrible no os lo recomiendo una vez y la ultima.

He estado en este establecimiento muchísimas veces y siempre hemos recibido un trato muy familiar. La comida bien, el cava muy bien. Hay que valorar el esfuerzo de los camareros y servicio de cocina, para atender a tanta gente que normalmente se acumula en el establecimiento. Es verdad que a veces te traen el primer plato y el segundo todo a la vez, pero eso es lo de menos ya que la conclusión final es buena. Buena relación precio calidad. Aconsejo ir a comer aproximadamente a las 13,30 ya que después lo normal es que el local se llene y el servicio es un poco más lento.

Después de tener reserva, cuando lleguemos un grupo de 8 adultos con 4 niños, nos dan la carta del restaurante y un papel donde nosotros nos tenemos que apuntar que queremos. Pues entre pitos y flautas, de tener una reserva para las 13:30, comimos a las 15:30 (esto con niños pequeños). Para más cachondeo la carta está tan mal distribuida que ni ellos mismos se aclaran que deben servirte de primero y que de segundo (aunque nosotros lo especifiquemos). Cuando se dignaron a empezar a traernos las cosas, no nos lo traían en el orden correcto y nos traían cosas que no habíamos pedido o nos faltaba comida de lo que habíamos pedido. Por suerte nos quedemos una copia de lo que habíamos pedido, sino nos tratan de mentirosos o de no saber pedir comida. Los camareros van desbordados y, varios de los platos los trajeron fríos y se los tuvieron que volver a llevar. Bueno en definitiva, para no volver ni recordar.

En varias ocasiones he podido comprobar que la comida y el trato recibido son excelentes. El precio muy adecuado y algo muy importante, nunca nos han pedido que nos marchemos porque es la hora de cerrar.

Después de reservar con antelación y hacer el viaje hasta allí, que no está cerca, ¡no aceptan tarjetas de crédito! ¿en pleno siglo xxi! Y no es precisamente barato, ni fácil de encontrar como para que luego te manden "a un cajero automático" de malos modos.

Domingo 13 de junio, grupo de 25 personas . Entrantes variados "pi-pica", no elegibles, y segundo a elegir entre 4 platos, todo a la brasa, nada guisado. Postre tampoco elegible. Todo mal: Las cantidades absolutamente ridículas, con el pica-pica nos quedamos silbando. La escalibada daba risa, como si los pimientos y las berenjenas fuesen a precio de oro. El bacalao había que mirarlo con lupa, y era insípido... Esperábamos que con el segundo plato la cosa quedase compensada. Vana esperanza. Dos ejemplos, 1- cordero a la brasa: una pequeña butifarra y dos costillitas. 2- pies de cerdo a la brasa: 3 piececitos minúsculos, todo puro hueso. Casi nada para comer. El postre: una bolita de chocolate y un pedacito de tarta helada tipo cassata. Absolutamente industrial. Pésimo. La calidad de toda la comida absolutamente mediocre, muy floja. Lo único aceptable era el vino y el cava, tampoco nada especial. Precio: 25 euros. Carísimo, teniendo en cuenta la calidad y que el primer plato y el postre era el mismo para todos y el segundo era a la brasa, nada cocinado. El servicio tipo bar de menús al mediodía, aunque en cualquiera de ellos habríamos comido mejor. Frustrante sensación de timo y de tomadura de pelo. Salimos con hambre y con mal humor. Conclusión: ni sé les ocurra acercarse.

Fue un domingo, tras visitar las cavas Codorniu, cuando fuimos. El espacioso restaurante, en el piso de arriba y con forma de nave acondicionada, estaba completamente lleno y asustaba un poco respecto a la efectividad del servicio; pero, aunque iban bastante apurados, los camarero/as fueron bastante atentos y amables en todo momento. Se comió bien y el precio fue lo mejor; lo que nos hizo perdonar que los calçots estuvieran algo crudos. Si váis en familia creo que es un buen lugar para ir; eso sí, reservad.