Teníamos mesa reservada para las 15:30 y después de una hora esperando nos fuimos. El dueño, y encargado de las mesas, pasaba completamente de cualquiera que le preguntara por su reserva. Mucha gente en nuestra misma situación y todos en fadados por el pésimo trato que se nos daba. Caro y una atención espantosa. No merece la pena ir a este restaurante. Una vergüenza.