Restaurante: Charcutería Coloma

Buena atención y calidad. Carta muy amplia con carne y pescado al 50%... Buenos entrantes y carta de vinos. Calidad precio a nivel razonable.

Muy bien una gran atención, después del moll oest es mi restaurante preferido en el puerto... Puedes ir a cenar o a picar en todos los aspectos muy bueno....

Ya había estado anteriormente, y me había parecido correcto tanto la comida como el servicio, e instalaciones, pero... he notado esta ultima vez algunas deficiencias, en algunos platos, como el roast beef un plato que generalmente se sirve frio, estaba caliente, y demasiado salado, así mismo unos montaditos de bacalao, que considero un precio excesivo, teniendo en cuenta que en Barcelona hay un restaurante vasco por más deñan que los hacen deliciosos, y por una tercera parte del precio, así mismo el jamón considero excesivo el precio que tiene, dada la cantidad de jamón que pusieron como la calidad del mismo. Y el bacalao confitado con cebolla y demás... Considero excesivo el precio de 24 euros, cuando en restaurantes de más alto nivel,ofrecen un plato más generoso, por un precio similar.

Ja he anat cuatre vegades aquest restaurant, a dinar, sopar i cel-lebrar un aniversari. Sempre acompanyat de la meva cossina, que es la que m'el va recomanar. M'encanta el tracte del personal, la bona cuina i l'ambient que es respira i l'ubicació. Está quasi ratllat la perfecció. El menjar molt fresc i els preus, encar que siguin quelcom elevats, pagues per la qualitat que menjes. Mol bè tot. Fel-licitats.

Buscabamos restaurante para comer un domingo muy tarde y preguntamos en La Coloma si era posible. habían tres señores juntos de negro y preguntamos a uno si nos podíamos quedar. Nos contesta "yo no, al metre", preguntamos al señor de su lado, "yo no soy el metre", el tercero resultó ser el metre. !Que situación tan ridícula estaban los tres señores juntos! El metre de mala gana nos dió una mesa, si no querían que nos quedásemos que lo hubiera dicho! Nos tiró las cartas y nos dijo que teníamos 30 segundos para pedir! Como el vino no lo teníamos decidido se lo pedimos al metre un poco más tarde, y ni caso, pues vino el camarero y nos preguntó cual queríamos. Evidentemente ni nos pusieron un triste chupito, ya que "la cocina está cerrada" (y las botellas también). Los platos no están mal pero carisimos. El trato horroroso.