Restaurante: Conache
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Santa Bárbara, 11, Centro-Universidad Madrid, Madrid 28004 Santa Bárbara, 11, Centro-Universidad Madrid, Madrid 28004 Santa Bárbara, 11 (Centro-Universidad)
Madrid, Madrid 28004
España
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acerca del Restaurante Conache
El Restaurante Conache, ubicado en Madrid en el barrio de Malasaña, ofrece una cocina mediterránea y de autor elaborada con los productos de mercado.
Información de interés sobre el Restaurante Conache
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Precio menú diario: Menos de 15 €
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Precio medio carta: 15-25 €
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Bodega: Selección de D.O.
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Horarios: De Lunes a Domingo de 10:00 a 01:00 horas.
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Días de descanso - Vacaciones: Domingo noche
Instalaciones y servicios del Restaurante Conache
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local climatizado
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internet wifi
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menú infantil
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Pago en efectivo
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Sirve desayunos
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local no fumadores
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Sirve cenas
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Sirve comidas
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menú grupos
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terraza
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recomendado reservar
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acepta tarjetas
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no abre 24 horas
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no tiene aparcacoches
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No tiene sala de banquetes
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no sirve a domicilio
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No tiene discoteca
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No tiene entretenimiento en vivo
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no admite mascotas
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no tiene parking
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no tiene zona infantil
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no tiene zona ajardinada
clasificación del Restaurante Conache
- Categoria(s) donde figura el Restaurante Conache:
Santa Bárbara, 11 (Centro-Universidad)
Madrid, Madrid 28004
España
información adicional sobre Restaurante Conache
Descubrí este restaurante un día paseando con mi novia y la verdad es que nos encanto por lo que volví con unos amigos la semana pasada. El rollo que tiene el restaurante la verdad es que es perfecto para todo tipo de salidas, en pareja, con amigos o el plan que sea. En cuanto a la comida, está todo muy bueno, las dos veces que fui pedí en plan raciones, parece que se lo curran mucho en cuanto a dar un toque a los platos para que los diferencie del resto y muy bien decorados. En relación calidad-precio para mi es uno de los mejores sitios de Madrid en los que he podido comer y creedme que salgo bastante jeje. Este viernes vuelvo a ir con unos compañeros así que os lo recomiendo, no fallareis.
Estuvimos con unos colegas comiendo tapas muy grande y muy bien de precio lo recomiendo el servicio muy bueno y un chico que cuenta chistes y canta de verdad se esta muy bien
Muy bueno fui con unos colegas y comimos tapas como raciones de grandes y barato lo recomiendo a tod@s a hay un chico andaluz que canta opera es una estrella ,
Es una lástima que un sitio tan bien situado, en una tranquila Plaza Botellonera de Madrid, tenga los camareros más antipáticos, desagradables e ineptos de todo Madrid. Si queréis pasar una velada agradable os recomiendo que no vayáis, ya que inevitablemente os sentiréis muy incómodos.
Ayer realizamos nuestra desafortunada visita a este restaurante. Cierto es que llegamos diez minutos tarde porque no encontrábamos la dichosa calle, pero eso no es lo importante. Una vez allí, como recibimiento encontramos que no tenemos mesa preparada!!!a pesar de haber realizado la reserva con una semana de antelación. Después de este desafortunado incidente, comienza la elección de los platos, algo no muy complicado dado lo limitado de su carta y lo excesivo de los precios. En un alarde de simpatía nos ofrecen algo más: un menú rudimentario con cuatro platos ( dos opciones de primero y dos de segundo) salvo el postre, un café o bien el más barato de todos los postres de la carta, y todo esto por lo que ellos denominan un módico precio, 40€!!!!! No contentos con eso, nos cobraban más de lo que habíamos pedido!!
La rapidez con la que preparaban los platos brillaba por su ausencia y el trato deja mucho que desear. En definitiva, una experiencia que esperamos no tener que repetir nunca.
Estoy completamente de acuerdo con crítica anterior porque yo también lo he vivido en mis propias carnes....una carta pobre y cara, lentitud hasta desquiciarte los nervios, platos fríos. Un solomillo duro cual suela de zapato, un trato desagrable.....en fin si sirve de algo....no perdais el tiempo comprobándolo, es de lo peor que he probado.
Sin hache de honestidad.Sábado 14:30. ¡Al fin quedamos para comer!Sol, amables músicos imponiéndonos su ruidos, sin tráfico, hablamos con sentimiento, contentos y alegres.El camarero no se entera de nada. 20 min en atendernos, 20 en traernos la carta y las cañas, otros 20 para localizarlo y pedir la comida (llevamos 1 hora), y otros 20 para preguntar si han tomado nota, y otros 20 para perder la paciencia. La jefa de camareros nos responde: "...mira, no me preguntes que ya estoy harta, la cocina está full, ya no aceptamos pedidos, esto es el caos así que mira, esperad..."Pedimos la cuenta al instante. Pagamos menos de lo que consumimos, y sin cortesías de la casa. Simplemente son tan poco profesionales que ni siquera llevan bien la cuenta. El problema añadido es que tienen la única terraza de la plaza de San Ildefonso, sin competidores. Así se pueden permitir semejante desastre. Siempre hay alguien dispuesto a sentarse en su terraza. Rentable.Total, son las 16:10. acabamos comiendo en la Plaza de Juan Pujol. Una vieja tasca de futbolín traspasada a unos jóvenes menos pretencios, con terraza en esquina. 5 mesas bien atendidas. Rápidos, carta reducida por la hora, pero casera.Buenas quesadillas, sencilla y sabrosa ensalada, consistente y fresca tortilla de espinacas, pulgas deliciosas. Todo un descubrimiento. El interior conserva la barra y vuelven a pintar con el zócalo marrón y la pared de temple amarillo ocre. Ponen una lámpara de semi-araña y dejan las paredes libres de imágenes. La terraza recogida en la esquina de la plaza es acogedora (a pesar de los andamios vecinos a día de hoy), y la comida buena a buen precio.No hay mal que por bien no venga.
Pues a nosotros nos pasó algo parecido, se ve que es una de las especialidades de la casa... En realidad ya habíamos estado otras veces y aunque el trato siempre, sin excepción, había sido nefasto, como vivimos en el barrio habíamos decidido volver. Pero esta vez reconozco que se superaron... Nos tuvieron dos horas esperando sin servirnos, nos trataron de muy mala gana y al final, cuando les preguntamos qué pasaba con nuestro pedido, nos respondieron algo asi como: "la cocina está full y teneis que esperar y la verdad es que no se si al final saldrá vuestra comida". Gran problema: ¡la cocina está full! Cualquera adivina que es eso! Supongo que tendría algo que ver con esos viajes a porroland que estaban tramando los camareros. Les pedimos la cuenta y...sorpresa! vuelta a esperar, otra vez sus malas maneras y esa dejadez porrera que les hace creerse lo máximo. Pero atención, la camarera se echa las manos a la cabeza y nos dice "no me echéis la bronca, que estoy harta"...Qué raro!!Nosotros sin embargo estábamos encantados ahí esperando dos horas nuestra comida. Pero ya sabemos que hacer!! El sábado que viene nos plantaremos allí, con nuestras latas de coca-cola y nuestros periódicos y a leer de gratis en la terracita...total, para que no nos atiendan, por lo menos le damos uso a las mesitas, no? A ver si así espabilan!! y sobre todo, a ver si empiezan a tratar con un mínimo de amabilidad a la gente!!
Hola, se habla muy mal de este restaurante, la verdad que con bastante razón. Pero yo he sido asiduo debido a mi trabajo que es el lugar mas cercano para tomarme algo en el descanso y os puedo garantizar que hay una diferencia tremenda del turno de la mañana al de la tarde. Por la mañana el trato es exquisito, un jefe de barra excepcional, simpático como pocos, y buena gente con ese acento canario alegre y por la tarde es lo peor, una desidia porrera tremenda. Según lo visto este restaurante es `para ir por las mañanas por las tardes es una desidia tremenda y no tiene nada que ver.
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