Yo pedí penne arrabiata y me trajeron un plato que yo no me hubiera atrevido a poner en un comedor escolar. Un poco de tomate troceado pasado por la sartén tres minutos, sin aceite ni nada más (excepto la guindilla) con una pasta sosa y blanda. Sólo verlos me di cuenta del error que cometí pidiéndolo; y cuestan más de once euros... Me comí cuatro y estuve cabreado el resto de la comida. El jamón ibérico tenía un aspecto estupendo, pero muy poco sabor; me quedé extrañadísimo (y soy consumidor y cortador habitual de jamón). La bebida, cara. El servicio, correcto. Si no fuera porque no me cobraron la pasta les hubiera puesto una única estrella. Los que pidieron pizza de jamón ibérico quedaron muy contentos, pero a mí (comí de lo de los demás) tampoco me pareció una maravilla por el tema del jamón, que no tenía el sabor que uno espera de un jamón ibérico (no digo ya de bellota, que se supone que era), y que debería ser aún más potente por haber pasado por el horno. En fin, yo no volveré. Hay muy cerca alternativas mucho más recomendables.