Restaurante: El Albero

Magnífica cocina. Platos originales y tradicionales. Recomendables los raviolis rellenos con salsa de trufas negras, fabada y pisto con huevos. La carne a la brasa exquisita. Muy buena bodega.

Después de la renovación el restaurante ha cogido un aire moderno y fresco. La comida hay que destacar prácticamente todo, desde los guisos tradicionales, hasta los más modernos y de vanguardia. Los tradicionales por sus sabores de siempre los de casa y los modernos por saber tratarlos con tanto gusto y delicadeza, 100% calidad. Seguir con esas ganas y no cambiéis es una carrera de fondo muy larga, los clientes estarán a tu lado si les ofreces de lo bueno lo mejor como lo estas haciendo hasta ahora. El genero, el que tienes, no bajes de nivel seria lo fácil. Todo el personal merecedor de los mejores halagos mis felicitaciones a todos y la de toda mi familia sois muy grandes seguir así.

Desde que lo han renovado ha mejorado notablemente. La carta tiene una gran variedad de platos que merece la pena probar. A destacar el tartar de atun, los nachos con guacamole casero, la carne fileteada hecha a la parrilla, las mini hamburguesas especialmente para los niños. Y en los postres el tiramisu, la tarta 2 chocolates y el tatin de manzana (que solo se hace en ocasiones especiales)

Todo muy bueno y de calidad. Queso provolone, timbal de pulpo, carne a la brasa, tartar de atún y de postre tiramisu, son algunas de las especialidades todo rico rico.

Lo recomiendo, el restaurante es muy acogedor, los dueños son muy agradables y tienen un trato con los clientes muy familiar, por lo menos lo que nosotros hemos percibido, empeñados en que tengamos una comida tranquila y sin ninguna prisa. De la comida ya no se que decir todo lo que pedimos estaba estupendo, la fabada de miedo, la menestra creo que la mejor que hemos comido, la carne muy buena y que decir del postre, no os perdáis la tarta casera de cuajada con mermelada ¡que buena!. Con los niños que llevamos son muy cariñosos y con platos que a ellos les pueden gustar que no siempre que salimos a comer fuera podemos elegir comida que les guste. La dueña sobre todo es encantadora como si estuvieses en su casa.