Restaurante: El Asador de Enrique

La comida vulgar y cara aunque eso ya no importa. Un comensal sufrió un desmayo y fue atendido en el suelo por otros comensales. El samur tardo un tiempo en el que ningún camarero de la sala se dignó a ayudar. Una persona en el suelo, abandonado y los camareros sirviendo sorbetes. Impresentable. Es un sitio acorde al entorno, un burdel. Si váis con niños taparles los ojos. En mis cerca de 50 años nunca había estado en un sitio tan asqueroso.

He ido por eventos, por pareja, en familia y la verdad que es buenísimo, buen servicio , buena comida, y muy buena atencion, y sobretodo el parque de bolas que nos da un gran respiro a los papis. ¡¡¡gracias!!!

Estuve en una boda 11 de octubre de 2014, el lunch fue incomible, los entrantes fueron de vuelta, los langostinos cocidos malos, teníamos sobres de mayonesa para acompañar, la merluza era congelada la presentaron en salsa verde, a mi esposa le trajeron una cola que no era merluza, (no se sabia que pescado era) con una salsa amarilla que no la pudo comer, el solomillo duro a saber de que animal era las patatas panadera duras, la tarta nupcial, la de la boda me imagino que la guardarían, ya que la que sirvieron era industrial mala. Toda la comida fue de vuelta, la bebida, empezando por el vino malo había que tomarlo con gaseosa si tenias suerte que no fuera rellenada (algunas botellas parecían agua) el cava era de 1 euro en el lid, los licores de garrafa. El servicio, la vajilla cada plato de un dibujo o color distinto, los camareros te lanzaban los platos encima de la mesa en lugar de dejarlos con cuidado, se me olvidaba, para empezar el pan era como de goma pedimos pan del día y la respuesta fue que ese era, a un invitado por morderlo se le cayo una funda de diente. El entorno es todo prostitución a la vista, de echo la zona sale mucho en la televisión, había chicas con el tanga en la mano y calentándose en unas fogatas, lo que más siento es haber echo tantos kilómetros desde San sebastían para nada. Una ultima cosa nos hicieron salir del salón donde estaba el lunch para montar las mesas para cenar, ¡que pena!

Comimos el domingo 2 de noviembre, mi señora una niña, y un servidor. La niña un menú infantil 16:00 €. Sin comentarios. Mi señora y un servidor, ensalada de cogollos. 11,90 €. De segundo paella de marisco, 29,40 €. Para beber, pedimos un vino tinto de la carta a 15,30 €. Pan, 3,00 €. Y un café cortado 1,40 €. Nos presenta una nota, sin membrete ni logotipo de la casa, por valor de 88,42 €. Le digo al camarero que en dicha nota me pone que nos han servido una botella de vino "protos" cuando no ha sido así y después de unos minutos regresa diciéndome que el vino que me sirvió es del mismo precio, opinión de la que yo discrepo. En resumidas cuentas un menú cobrado, con un abuso premeditado de 80,30 €. Se convierte al total de dicha nota en 88,42 €. Por arte de quién sabe que, hipotético IVA ya que no está ni anotado el porcentaje ni desglosado del total a pagar. Es decir un servicio mediocre, un precio desproporcionado, y una factura a todas luces ilegal y mal redactada, así como nada esclarecedora. No es un lugar recomendable.

Hemos celebrado un evento familiar ahí y son encantadores... Me gusto mucho la comida... El pulpo a la parrilla lo hacen muy bien y el arroz estuvo muy rico. El trato es agradable ademas unos amigos se quisieron quedar a dormir y como tienen también hotel no hubo ningún problema aunque no tuvieramos reserva. Todo exquisito me encanto.