Restaurante: El Bodegón Casa Daniel

En nuestra visita a la bonita población cántabra de liérganes decidimos comer en el bodegón casa daniel. La primera opción era comer en la terraza, pero sólo quedaban mesas pegadas a la muralla de la carretera, con lo que para evitar comer con el ruido y molestias de los coches nos metimos dentro. No nos ofrecieron el comedor, sólo el bar donde se da el menú diario. Manteles de papel, ambiente (normal) de menú diario. Por lo tanto, aunque la carta tenía buena pinta (que es lo que nos ofrecieron al principio sin mencionar que había menú), finalmente nos decantamos en probar el menú diario, de 12,90€ de primero probamos los espárragos y puerros con dos salsas (a día de hoy no lo volvería a pedir), ensalada de pasta que les gustó a las niñas y revoltillo de setas, que estaban buenos y ración abundante. De segundo costilla de novilla (sabrosa aunque algo dura) y bacalao que nos gustó bastante. El ambiente no nos terminó de gustar, pero no por nada malo, sino porque nos hubiese gustado comer en un comedor, no el bar. En cuanto al servicio, sensación doble. Por un lado el caballero que nos atendió inicialmente estuvo cordial y atento en todo momento, mientras que en la señora que atendía el comedor, aparte de su antipatía tuvo un par de detalles que simplemente no nos gustaron (no son importantes, pero te dejan mal sabor de boca). Prefiero que me sirva las servilletas con las manos y no con tenedores como si estuviese sirviendo en un 5 estrellas y que si me las pone de tela también el mantel sea de tela no de papel, una incongruencia absurda. En resumen, el local no nos gustó. La comida, correcta para un menú del día aunque esperábamos algo más y el servicio mejorable. Como seguramente que vuelva, probaré otro, aunque no descarto volver a probar su carta, de la que me han hablado bastante bien... Si se dignan a abrir el comedor, claro. Gracias a la camarera por explicarme cómo es un café cortado en Cantabria, que después de 25 años tomando café por toda Cantabría y toda España aún no me había enterado.

Muy buena comida y un trato agradable. Un restaurante ubicado en el pueblecito de liérganes,( que es precioso). Nosotros hicimos una escapadita a cantabria y decidimos conocer liérganes. No sabíamos muy bien donde comer y la gente del pueblo, nos recomendó este restaurante, y la verdad nos aconsejaron muy bien, ya que la comida es exquisita, y buena relación calidad precio.

Estuvimos hace dos meses dando una vuelta por lierganes y por casualidad entramos en casa daniel, tomamos unos zuritos y hablamos con el dueño (encantador, por cierto), gracias a este acogimiento nos planteamos volver en otra ocasión para comer, el menú tenía buena pinta y buen precio. Hace unas semanas volvimos para comer un total de 6 personas, con nuestra reserva, nos sentamos en la mesa que nos indicaron, cuando se acercó la camarera, más seca que la mojama nos dejó la carta y le indicamos que queríamos el menú, no sin antes ir a otra mesa y atender a otros comensales que habían llegado más tarde que nosotros (se lo hicimos saber) volvió con la misma cara desagradable y nos dijo de viva voz el menú, siempre a todo correr y con mala gana. Cuando te dicen el menú a viva voz muchas veces no recuerdas los primeros platos que te habían dicho y le dijimos educadamente que nos lo repitiera, pues no había forma de que esa camarera lo hiciera con agrado. Desde luego después de esta desagradable experiencia nos levantamos todos de la mesa y nos fuimos, no estábamos dispuestos de aguartar las malas formás de la camarera, lo gracioso de todo esto es que encima se quedó con cara sorprendida cuando nos vió levantarnos y dejarle con la cara que tenía. Desde luego daniel ha perdido buenos clientes con esta mujer tan desagradable.

Llegamos a lierganes, tarde, sobre las 15´30 y por casualidad aparcamos el coche enfrente con lo que comimos en la terraza. Fenomenal, comida suficiente como para sentir que que te hubiera sobrado una cucharada. Me sorprendió su calidad. Probar el bacalao o la merluza rellena, fantástica. Ah! Las judías con chorizo, simplemente probarlas. El trato agradable. Volveré.

Restaurante con las tres "b", bueno, bonito y barato por los platos que te ponen, atención al bacalao relleno, cabrito y los postres!!! Volveremos