Restaurante: El Castillo

Lamentable. Que lástima ir desde Madrid con toda la ilusión del mundo. Lo que fue en los años 70 y encontrarte un cabrito seco pasado. Observé las mesas de alrededor y todas las paletillas estaban tan duras que os prometo que la parte junto al hueso no podía nadie incarle el diente, allí se quedaban. Duro como una piedra, tanto que el cuchillo en esa zona no lo podía atravesar, con lo cual los dientes una utopía. Han pasado muchos años y obviamente la cocina habrá cambiado pero para mal. No merece la pena ir, ni regalado volvemos. Que decepción. Que engaño...

El pasado jueves (día del padre) fui a comer a este restaurante porque me lo habían recomendado varias veces y ya me picaba la curiosidad, porque no había conseguido sacar tiempo. Para no pillarme los dedos, se me encendió la bombilla, reservé mesa para 8, pues fui con unos amigos. Cuando conseguí llegar, esta a unos 100km de Madrid capital, el restaurante estaba lleno y el bar también, pensé que nos iban a dejar esperando pero cuando di mi nombre enseguida pasamos. A ver el restaurante no es de los más modernos del mundo, la decoración es muy clásica, creo que tipo castellana o así la llaman. Pedimos un menú especial de invierno o algo así ponía en la carta, eran 32. 5€ + iva, lo del IVA lo vi después en la factura, aún así no me parece caro y explico porqué: yo creía que había que elegir un primero, un segundo y un postre, pero no, te ponen los tres primeros que vienen, luego el segundo a elegir, más el postre y el café total, que terminamos llenísimos; el cabrito riquísimo, la salsa especial esta que lleva algo de vinagre, me encantó. Me parece todo un puntazo que los baños estén fuera de lo que es el restaurante, aunque te tengas que salir del comedor y recorrer el bar, me parece mucho mejor a que estén en mitad del comedor que he estado en sitios que había mezcla de olores y terminé asqueada en la comida. Bueno, sigo con este restaurante, de postre me pedí un surtido, ¡¡¡que rico por dios!!!, casi reviento. Los camareros, yo creo que había pocos para el volumen de gente que estábamos allí, pero les veía correr de un lado para otro y por lo menos en mi mesa, nos atendieron muy bien, estuvo atento y coordial cada vez que le llamabamos. En fin, una experiencia muy grata y seguro que volveré. P. D. Hubo un pero, una ración de cabrito que cambíamos porque a mi amigo que le tocó no le gustó esa parte, pero vamos que se lo dijimos al camarero y no nos puso inconveniente, nos la cambió encantado. Así que, perfecto.

Todo super!!!!! Muy rico todo que pedimos! Personal super amable! Para calidad, precio muy bien!

Ni la comida para el precio que tiene, ni la gente con el trato que tiene. Las instalaciones del hostal superantiguas, dejan mucho que desear para dormir allí, y el conjunto para no volver.

Cada vez peor. El cabrito -plato estrella para ellos- reseco. Eso sí, como las raciones son pequeñas (no me he equivocado, he escrito pequeñas) no se hace una bola y no es pesado. Entre los postres tienen la llamada tarta de la casa que realmente es un flan (y está bueno, que conste) pero que al presentarlo puede sorprender porque no era eso lo imaginado. No haga ningún comentario. El mismo propietario le va a preguntar si usted sabe lo que es la tarta San marcos o la de almendra. Mi respuesta fue preguntarle si él conocía la sächer o la schwarzwälde y creo que me quedé corto ante su grosería.