Restaurante: El Chinitas

Suelo hacer comentarios de los restaurantes que visito porque me apasiona la gastronomía además de "el buen comer", entiendo la cocina como cultura y arte, málaga y en concreto el centro de la ciudad es uno de los lugares donde más restaurantes se concentran, hasta un total de 201, siendo un escaparate internacional de nuestra tierra, la mayoría con un nivel excelente. De este lugar llamado el chinitas no voy a valorar su servicio, su comida, su atención, porque no quiero hacer más daño del que ellos y en concreto su maître hace a este sitio tan antigüo de málaga. Pero si quiero hacer hacer publico que ayer estuve aquí con un grupo de amigos, nada más entrar me olió a esos negocios de la decada de los ochenta donde "vareavan a los guiris despistados" y no me equivoqué. Estos locales terminan siendo ocupados por grandes cadenas multinacionales haciéndonos perder la identidad y raíces malagueñas de nuestro centro.

Una pena de restaurante. Con una inmejorable ubicación en pleno centro de málaga podría ser un lugar de referencia. Sin embargo, la comida es demasiado cara para lo que te ponen en la mesa. Yo pedí unos boquerones de primero y cuando los trajeron daban pena, estaban negros y con un sabor horrible (luego un amigo me explicó que era por estar fritos en aceite quemado). La carta de vinos está muy bien pero cuando pides el que quieres.... No lo tienen. De segundo pedimos dos carnes, un entrecote para mi y un solomillo poco hecho para mi señora. El entrecote estaba más o menos bien pero el solomillo estaba muy pasado y al principio no querían cambiarlo. Al final tuvimos que esperar un montón hasta que nos trajeron otro porque decían que había mucho trabajo en la cocina. El servicio tampoco es ninguna maravilla: lento, poco amable, nada profesionales. Por ejemplo, los dos café crema que pedimos al final llegaron a la mesa después de muchísimo rato, sin espuma y fríos. ¡¡¡Eso sí, la cuenta llegó pronto!!!

La primera vez que visitamos Málaga nos recomendaron este restaurante. El servicio fue bastante lento y la comida nada excepcional, pero lo achacamos a la época (feria de Málaga) y al mucho trabajo. Por eso en nuestra visita siguiente a Málaga decidimos volver, esta vez un domingo al mediodía. El sitio no estaba lleno ni mucho menos (a pesar de ser uno de los pocos abiertos en ese momento) y la experiencia fue muy decepcionante: el servicio fue muy lento, la limpieza del local dajaba bastante que desear, se escuchaban continuamente gritos y peleas desde la cocina y la comida llegó a la mesa apenas tibia. Cuando pedí que me calentaran un poco mi plato, el camarero lo hizo con un gesto muy poco amable, como si le molestara mi pedido. En resumen: es una lástima porque su ubicación es inmejorable, pero no volveremos más.

Entramos a las 14,30h. Y nos fuimos a las 16h. Sin comer. Lo único que llegó a tiempo fueron los primeros platos de mis hijos, por cierto una bazofia. A nosotros nos trajeron una ración de coquinas asquerosas después de que el camarero nos preguntara más de 4 veces que qué era lo que habíamos pedido.... Cuando decidimos irnos a comer a otro sitio y pedimos la cuenta ¡milagrosamente! En ella si aparecía el resto de la comida pedida y no servida. Eso sí, el dueño en una mesa de la entrada se estaba poniendo las botas mientra sus clientes pasaban hambre. Ahora entiendo porque era el único restaurante de la zona con mesas libres.