De lo mejor que he conocido en mucho tiempo. Había dos tipo de menús, de 20 y 24 € que no desmerecen en nada a una carta de un restaurante de categoría. El servicio (nos atendió la hija del cocinero, que es a su vez el dueño) impecable. La decoración rústica, de muy buen gusto, muy acogedora, no falta un detalle. En resumen, una velada inolvidable, para repetir lo antes posible. Recomendable 100%!!!