Restaurante: El Faro

La primera vez que mi marido y yo fuimos a el faro, nos sirvieron uno de los platos tan salado que, aunque lo intentamos, no lo pudimos comer. En esa ocasión pensamos que había sido mala suerte. El otro día (1 de septiembre) decidimos darles otra oportunidad. Los langostinos hervidos en aceite estaban ricos, el pulpo rico, pero demasiado turrado. Yo pedí un arroz con bogavante. La primera vez que lo trajeron no pude comer la tercera cucharada de lo extremadamente salado que estaba, así que esta vez, se lo indiqué al camarero, quién me ofreció hacérmelo otra vez. Tras esperar de nuevo a que se hiciera el plato (lo que es bastante incómodo, por cierto) me lo volvieron a traer. Estaba de nuevo imposible de comer, aunque algo menos salado que la primera vez. Mientras esperábamos, una de las limpiadoras/asistentes?? Salió de la cocina con el delantal/bata sucios a recoger los platos del comedor. Nunca habíamos visto nada igual en un restaurante que se supone de una cierta categoría. Ambas situaciones increíbles. Nunca más volveremos, claro.

Un menú desgustación de lagostinos y arroz 18 €. Muy bien. Buena calidad. Un poco justo de arroz, aunque muy bueno

¡¡¡¡¡un robo a mano armada!!!!! Las tapas son escasísimas, por ejemplo: la tapa de langostinos, que son 4 langostinos vale 8€, y lo demás del estilo, la calidad es media, las tapas carísimas y no te indican que el IVA no está incluido, cosa que es ilegal, te cobran hasta el pan y continuamente te preguntan si te sacan más aunque todavía quede. Por otra parte, te lo sirven muy rápido, sólo les falta un embudo y que te lo echen a presión... Entiendo que quieran doblar mesa pero no atosiguen tanto por favor... Yo personalmente me quedé con hambre. Lo mejor, las caras de la gente cuando sacaban los platos, un poema!!! Y la pobre tarjeta por un buen sablazo!!!