Restaurante: El Guerra

Me lo aconsejaron y me preguntaron que tal cuando todo acabó: nunca olvidare el día de mi boda. Esas insoportables esperas entre plato y plato, la escasez de calidad en los platos. Carne marcadda y recalentada para el evento. Solomillo nefasto duro y seco. Dos camareros para 38 personas, tarta sobre mesa con un simple mantel blanco y bajo la mesa cajas de plastico vacias. Horroroso. Mis invitados quedaron resignados y por educación no lo dijeron. Solo les puedo recordar x que me chafaron el día de mi boda. Me duele el pecho de recordarlo. Nunca podre olvidar mi boda. La situación por la que pase la empresa no deberia reflejarse en el servicio al cliente. Es una pena. Por lo visto no soy la única que piensa así. Este restaurante tuvo su tiempos de bonanza pero ha caído a lo más bajo en relación calidad-precio. Pena de no haberlo sabido antes. La amigaq me lo recomendó se disculpa conmigo ahora. No sabia lo que había cambiado la situación. Todo ello lo acompaño de fotos si se requieren.

Celebramos en este restaurante nuestra boda, desde el primer momento nos trataron como si fuéramos parte de la familia y mira que lo teníamos difícil pues estamos a 1000 km de distancia. Celebramos una preciosa boda civil en los jardines de dicho restaurante y el banquete en "la casona" porque nos gustó mucho y porque éramos muy pocos (70 personas). Pensamos que, al ser una boda muy pequeña sin mucha ganancia para ellos (3000 euros con tooooodo incluido, tarta, ceremonia, compa de bien venida, comida, comida para vegetarianos... ) no nos harían mucho caso, pero se portaron de miedo. Estuvieron pendientes de todo, la comida excelente teniendo en cuenta lo barato que costó el cubierto, los camareros estaban en todo (en un momento dado nos acordamos de los vegetarianos y cuando el novio fue a preguntar a los invitados éstos ya habían sido correctamente atendidos) la ceremonia preciosa, una decoración de ensueño, igual que la mesa presidencial, espectacular. La tarta de piononos la recomiendo especialmente... Yo estoy encantada, la única pega que le puedo poner es que había gente siendo atendida en la terraza anexa, pero teniendo en cuenta que nosotros decidimos celebrarla en la casona y no alquilar otro de los salones más intimos tampoco puedo quejarme mucho. En definitiva, son baratos, atentos y se lo curran muchísimo.