De l'escroquerie un restaurant sans scrupules à éviter absolument, car pour le prix il n'y a rien dans l'assiette
De l'escroquerie un restaurant sans scrupules à éviter absolument, car pour le prix il n'y a rien dans l'assiette
Nos pasó igual que a otros que habéis comentado. Llegamos con dos niños y cuatro adultos y queríamos solamente picar algo para cenar entre otras cosas porque no admiten tarjeta de crédito y no teníamos suficiente en metálico para pegarnos el homenaje que ellos esperaban. Al hacer el pedido de raciones (eligiendo entre la poca variedad de la carta) y terminar de pedir el dueño se quedó mirándonos y nos espetó "eso es poquísimo!!! ". Doblamos alguna ración con cara de sorpresa y luego pedimos agua y nos trajo una botella de medio litro para seis. Nos pilló de buenas pero un poco más y nos levantamos. El sitio es precioso pero con ese trato, no recomiendo el restaurante. En general en ese pueblo la gente es bastante borde pero este se llevó la palma. Nada recomendable.
Restaurante con un bonito jardín para las noches de verano pero la comida muy justa para el precio. El servicio deja bastante que desear, quede sorprendida cuando en un restaurante que quiere dárselas de una cierta categoría, al recoger el 1º plato cogen el cubierto de dentro del mismo y me lo vuelven a dejar en la mesa para el segundo. Han de aprender muchisimo
He ido muchas veces a comer allí y cuando quiero quedar bien con alguien es donde los llevo a comer. El sitio es precioso el servicio correcto y la calidad inmejorable. El precio se ajusta a la calidad. Lo recomiendo sin dudarlo.
Fuimos al portal de la gallarda con la intención de cenar 8 adultos, tres chavales y un bebe. Cuando el camarero se acercó para tomarnos nota, le dijimos que íbamos a tomar dos o tres ensaladas para compartir y luego un plato cada uno. Nuestra sorpresa fue cuando nos dice que éso es poco. Que para poder cenar ahí, tenemos que pedir dos platos cada uno. Que "para picotear e ir con niños", teníamos uno en la plaza que era más acorde con lo que pedíamos. No sirvió de nada decirle que era una cena y que el segundo plato iba a ser el fuerte. Lógicamente, nos levantamos y nos fuimos, no sin antes hablar con el dueño, según el cual dijo que era una norma del restaurante desde el 2007 porque por lo visto, había gente que entraba y tan sólo pedía un plato ¿?. Hemos estado en muchos restaurantes. Unos con menos categoría que el portal de la gallardo y otros con muchísima más. Pero en ninguno nos hemos sentido tan humillados como aquí. Y por supuesto en ninguno nos han obligado a pedir lo que no queríamos pedir. Sugiero al dueño, coloque un cartel en la puerta avisando a los posibles clientes de esta norma. Nos evitaríamos perder el tiempo.
Totalmente de acuerdo con esta opinión. Nos ha pasado exactamente lo mismo. Éramos 8 personas, 4 adultos y 4 niños y nos obligaban a coger dos platos.... No me había pasado nunca en ningún sitio. Inaceptable. A parte vino el dueño directamente a decirlo, de forma muy poco agradable. Desde luego no volveremos mas.
Sin duda el restaurante con el peor servicio que hemos visitado durante nuestras vacaciones en España. Teníamos la fuerte impresión de que el dueño menosprecio nuestro pedido de "solo" 30 euros (aunque el restaurante estaba casi vacío). Nos sentíamos muy incómodos. Fue un alivio salir de allí.
Nos entró por la vista el local, pese a que la carta es cara y poco variada. La carne excelente pero la guarnición muy pobre. Los "spaghettu a la putanesca" que pedí era un plato triste, un puñado mal colocado en un plato por el que te cobran más de 6 euros. El pan con tomate te lo traen sin que lo pidas y encima te cobran a euro por pedazo. Y mejor no hablar del servicio, nos sentaron en el rincón más escondido del restaurante, porque si no teníamos que esperar para comer en el jardín. Desde este rincón el camarero a penas nos podría ver, por lo que tuvimos que llamarlo. Al vernos llamar a la camarera uno de los miembros del servicio nos gritó desde la barra visiblemente enfadado diciendo si no "podíamos esperar". Nos sentó tan mal que casi nos vamos. Para mí no merece la pena ir, aunque el sitio es precioso y acogedor, el trato del servicio y el menú son decepcionantes, además de poco acorde con el precio. Un plato cada uno, dos aguas y el pan con tomate que nos trajeron sin pedirlo nos costó 27,71 euros.
El emplazamiento y el ambiente es lo mejor de este restaurante, ya que puedes cenar en un jardín al aire libre con un pianista y cantante en directo. La carta tiene poca variedad, y los platos no entran por la vista ya que la guarnición es pobre. El servicio tampoco me gustó, tardaron mucho en servirnos y no aceptan tarjeta de crédito. Pero en comparación con otros restaurantes del pueblo, el portal de la gallarda es uno de los mejores relación calidad precio.
La terraza y el lugar es precioso con muchisimo encanto. Entras con grandes expectativas. La comida deja mucho que desear. La carta no tiene muchos platos con lo que te esperas que estén bien elaborados. Pero dejan mucho que desear. El servicio es bueno aunque se nota a veces que reina el caos. No aceptan tarjetas, pero te lo dicen al final. Es una pena porque el lugar se merece realmente algo de mejor calidad.
Excelentes sus carnes a la brasa, el jardín muy romántico y encantador.
Lo único no hacen reservas y los días de las fiesta medieval has de esperar turno.
Por lo demás merece una visita.