Entrañable restaurante donde la carta es en la cocina donde eliges el menú, todo de muy buena calidad y a precio muy asequible, volveremos pronto.
Entrañable restaurante donde la carta es en la cocina donde eliges el menú, todo de muy buena calidad y a precio muy asequible, volveremos pronto.
Hemos estado en este maravilloso mesón la semana pasada, comiendo tres días seguidos y nos ha parecido un sitio ideal para conocer la gastronomía más típica de la zona y degustar los platos tan ricos que prepara don rosendo y su familia en el mismo. Solamente el comienzo, escogiendo lo que vas a comer directamente en la cocina, y viendo todo lo que tienen, merece la pena, aunque lo mejor de todo es dejarse 'sorprender' por rosendo y que sea él el que decida que ponerte, pues acierta siempre. Su trato es lo más cariñoso, profesional y acertado que he visto nunca. Gracias a todos los que forman parte de este local tan encantador, al cual volveremos en cuanto podamos. En Madrid ya hemos dado cumplida propaganda del mismo a nuestros amigos y conocidos. Saludos de Juan y Susana.
¡¡cuanto se agradece y que poco frecuente es... Que el alma mater de un restaurante. -el cocinero- al entrar en su casa, te reciba en "su cocina" para enseñarte lo que con tanto cariño ese día ha preparado para ofrecer!! ¿pero hay algún modo mejor que se pueda usar para "tranquilizar" y enamorar al comensal.. `pues si, rosendo te invita a la sala de operaciones y ¡has caído! Empezaras a comer con el sentido del gusto, pero antes es el de la vista el que te ha cautivado... Que variedad de platos entrantes, pescados y carnes... Para degustar en un mesón familiar, donde se practica la cocina humana de su dueño.. Solo desear a rosendo y colaboradores mucha salud y suerte para que siga asi... P. D. Está bendecido por la virgen del rocio, no en vano, su cocina esta a la espalda de la iglesia donde se venera a la patrona de almonte y reina de las marismas.
Nos llevo mateo un Taxita de Almonte, para que comiéramos en un lugar típico y de calidad y puedo decir que la comida perfecta y un trato más perfecto todavía mejor. Si se puede decir que lo de entrar a la cocina es perfecto pues se ve lo limpio que esta todo y se camo mejor. Mari una catalana que el día de su 60 cumpleaños comió en su restaurante gracias por el trato.
Llegados a Almonte a eso de las cuatro de la tarde, paramos en el Tamborilero a comer donde nos trataron con mucha amabilidad y cortesía y donde nos ofrecieron sus mejores manjares sin dejar atrás sus tartas. Personas muy agradables, especialmente el propietario.
Sitio acogedor y buenos platos elaborados y caseros. Rosendo te atiende personalmente y te hace entrar en la cocina para que vean los platos.