Restaurante: El Torreón

Buscando un sito para comer llegamos a este restaurante ( si se puede llamar así), donde nos atrajo su aspecto exterior y una agradable chimenea encendida, la cual sólo calentaba hasta donde llegaba el calor de la misma, siendo el resto del local frío, el cual lo calentaba la simpatía del dueño o cocinero, al que las primeras palabras que escuche fue me cago en la pu..., siendo mi pensamiento mal empezamos, dando un voto de confianza a la buena cocina Segoviana. Al empezar a pedir nos informan que no tienen solomillos, tampoco trucha, pedimos unos entrantes! Y que entrantes! Revuelto de morcilla con piñones como si fuera servido en un rancho militar, unas croquetas que estaban hechas para la jetset eran finiiiiiisiiiiimaaasss, y un revuelto de voletus que igual que la morcilla, todo esto como dice el comentario anterior acompañado de títulillos y diplomas. Los segundos poca queja, a excepción de que sí pides que te pasen un poco más el chuletón ya no saben que hacer te ponen la alpargata de la abuela y a comer. Pero lo mejor estaba por llegar, cuatro personas con mesa reservada al lado de la chimenea, poco más que el camarero me saca el cuchillo para que me aparte y les deje sitió, viene el cocinero y le ofrece solomillo, que poca vergüenza y que falta de tacto educación o como quieran llamarlo delante nuestra y pidiéndoles perdon porque se les había fastidiado el planteamiento que tenían por la mesa de 9 comensales que éramos nosotros, saliendo de este sitio con un cabreo por la falta de profesionalidad y por la tomadura de pelo que nos dieron, no tengo otra forma de queja que esta que creo que es la más adecuada, informando a la gente que pasa por este lugar, para que no caigáis en este lugar.

El Torreón es un espejismo de lo que era hace unos años. Aún recuerdo unas comidas que, cada dos o tres meses, hacíamos los amigos y de las cuales invariablemente salíamos contentos a más no poder del servicio, calidad, cantidad y precio de mas mismas. En este último mes he ido dos veces a comer, a cada cual peor, por lo que hemos decidido borrar de la lista este local venido a menos, a pesar de (no se quién c... otorga estos distintivos y porqué) los numerosos diplomitas y demás zarandajas que alicatan las paredes del "restaurante". Un bacalao mal desalado (19,50€+iva), unos solomillos con un repelente sabor a cámara (22€), un cordero asado seco (¡¡¡42€ el cuarto!!!, más caro que el de mannix en campaspero), unos judiones con ese sabor ácido de lo que lleva cocinado semanas, fueron la gota que colma el vaso y que hace que no aparezcamos más por allí. Lo peor de todo es que estos restaurantes de medio (o cuarto) pelo, cobran como los buenos: 8 comensales 280€, comiendo 4 entrantes y 8 segundos (de los cuales 3 de judiones a 8€), y todo unido a un servicio de aficionado. En fin, horrible.