Experiencia decepcionante. Fuimos a comer dos adultos y dos niños. Nos sentaron en la planta superior y ¡se olvidaron de nosotros! Tras 25 minutos bajamos a pedir explicaciones y a dueña nos dijo que "se le había pasado". Nos quedamos porque era tarde e íbamos con niños. La comida estuvo bastante bien, aunque no a la altura del precio que costaba. El colofón llegó cuando pedimos la cuenta, 121,50€ y la propietaria tuvo el "detalle" de rebajarnos 1,5€ por la espera. Nos sentimos conmovidos y dejamos una generosa propina de 0,50 €. No volveremos.