Restaurante: Frontera

Fuimos a comer un día a este restaurante. Si no me equivoco, el comedor está bajando unas escaleras. Un poco agobiante, parece un sótano. Peor, no se puede comer. Pedimos carne la mayoría, y exactamente no sé lo que nos pusieron. Aparte de estar como una suela (o peor), el trozo en cuestión "cantaba"... ; vamos, que de fresco no tenía a-b-s-o-l-u-t-a-m-e-n-t-e nada. Nos metieron un viaje que "ni pa qué". Un bodrio como pocas veces he contemplado en mi vida. De esto hace ya un tiempo. Y claro, como es lógico, no he vuelto. El caso es que mi hijo el pequeño fue invitado hace unas semanas y recaló en este ¿restaurante? Y vino comentando que ya no es como cuando tuvimos esa penosa experiencia; que ¡fue peor! Si se puede, no poner los pies en semejante sitio.