Restaurante: Gambrinus

Restaurante en Barakaldo
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  • Bondad, 9
    Barakaldo, Bizkaia 48901
    España
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Información de interés sobre el Restaurante Gambrinus

  • Precio medio carta: 15-25 €

clasificación del Restaurante Gambrinus

Categoria(s) donde figura el Restaurante Gambrinus:

ubicación del Restaurante Gambrinus

Bondad, 9
Barakaldo, Bizkaia 48901
España

 

información adicional sobre Restaurante Gambrinus

opiniones sobre el Restaurante Gambrinus

valoración global usuarios
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Barakaldés hamburguesero
barakaldo
valoración global
4 de 10
plan
con amigos
decoración / ambiente
8 de 10
servicio
4 de 10
comida
2 de 10
calidad / precio
2 de 10

He ido varias veces y cada vez ha sido peor. La penúltima vez que estuve allí con los amigos algunos ya habían terminado de cenar para cuando nos trajeron lo nuestro a los demás (previamente habían estado esperando por educación a que nos trajeran la comida y tras un rato les dijimos que fueran comiendo, que se les iba a quedar frío). Además tuvimos cena con espectáculo cuando empezaron a discutir a gritos y pegando golpes al mobiliario una camarera con unos clientes que después supimos que eran su novio y su madre. Aunque el espectáculo no nos importó tanto como que estuviesen continuamente haciendo como que se iban para siempre saliendo a la calle y después que entrasen de nuevo como si tuviesen algo importante que decir que se les había pasado. Que si hubiésemos estado en otra mesa tampoco nos habría importado, pero estábamos en una que habían apañado al lado de la puerta y era pleno invierno. La última vez que estuve allí me pedí una hamburguesa aparte de alguna cosa para picar entre los amigos (patatas, alitas,... ). Las alitas estaban sin hacer de todo y las patatas eran congeladas, como en muchos sitios, pero consiguieron dejarlas en un punto en el que te preguntabas cuántas podrías comer antes de romperte una muela. Por otro lado, la hamburguesa. Aunque parezca una cosa no tan difícil de preparar ese día se debían de haber alineado los planetas, porque lo único que no estaba mal hecho era la cebolla (y eso que al pedirla había específicado claramente que la quería sin cebolla). La lechuga estaba pasada, el tomate parecía que lo acabasen de sacar de la nevera (y seguramente sería así), la carne cruda y en menor cantidad que la mahonesa, que de eso sí que había. Había tanta que al dar el primer y único bocado el pan se desintegró. Por supuesto la tuve que pagar íntegra aún después de comunicarle al servicio todo esto y decirles que no pensaba comerme eso. Eso fue ya hace casi un año y de momento he tenido la suerte de no oir a ninguna alma inocente decir un sábado a la noche las palabras malditas: "vamos al gambrinus, que seguro que hay sitio y no está mal. "

Publicado el 07/09/2013.
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