Restaurante: Gambrinus Siete Aguas

Yo llevo muchos años comiendo y cenando en este restaurante y nunca he tenido ningún problema la comida excelente y los precios no son caros, lolo recomiendo

Estuvimos el sábado 4 de agosto, de este año, mi mujer, mi hijo y yo, y la verdad que la experiencia no pudo ser peor. Llegamos a las dos menos diez para comer, nos tomaron nota enseguida, no había todavia ninguna mesa, nos trajeron el plato de pasta del niño y un plato de calamares para picar enseguida, quince minutos después de entrar, y hasta tres cuartos de hora después no nos trajeron el segundo plato que pedimos para picar y luego una pescadilla de playa, y unas chuletas de cordero que estaban incomibles, recalentadas y malísimas, al igual que la pescadilla, recalentada. Luego de pagar e irnos nos llamó el cocinero por teléfono y no para disculparse si no para insultarnos y decirnos que habíamos ido a armar jaleo. Si hubieramos ido a liarla le hubieramos puesto una reclamación, cosa que teníamos que haber echo después de la "llamadita".

Ayer comimos en este lugar, éramos muchos de la familia, cada uno pidió una cosa, todo fue bien y todo bueno, pero fallaron en algo muy importante, entre las elecciónes había un plato de merluza, la cual la sirvieron con media patata dura por estar medio cruda, una cebolla y medio tomate al horno y algunas almejas, pero la merluza, no valía nada, era gruesa y muy seca, insípida, alguien se la dejó entera, yo me la comí, porque tenía hambre, a disgusto, pues pagar 35€ para ese plato es demasiado. El arroz de bogavante y el puchero como siempre muy buenos., pero si no saben hacer merluza, que pongan otra cosa... Por otra parte, los niños tenían un menú infantil, el cual constaba de unas tapas, chuletas con patatas y postre, mi hija no quería chuletas y le dije al camarero si podía traer un poco de lomo y llevarse las chuletas sin tocar, me dijo que si, se fue sin llevárselas, al cabo de mucho tiempo, cuando creíamos que ya no vendría, vino con un palto de patas, lomo y huevo frito que no pedimos. Antes había podido convencer a mi hija para que comiera alguna chuleta, pensando que ya no venía..., pues por experiencia con ellos ya me había pasado algunas veces, cuando vino el camarero, ya no quería comer más..., la sorpresa vino a la hora de pagar, cobró otro menú entero, pero este sin tapas, ni postre ni nada más y sin avisarnos de ello, me parece algo muy feo después de todo lo que nos gastamos, hubiese bastado un trozo de lomo.

Se esfuerzan, pero la calidad deja que desear. El ajo arriero del inicio fue una premonición de lo que vendría. Los que optaron por el arroz con bogavante salieron satisfechos; pero los que eligieron las alubias y el gazpacho quedaron, así a así. El local bastante desangelado a falta de calor, en un lugar en el que, pese al sol, hace frio. Los platos de cuchara están bien, pero hay que saber presentarlos; no se trata de que los elementos estén cocidos, es que deben "saber". Y éstos no sabían más que a hervido.

La comida muy bien, servicio un poco lento y precio medio-alto en la carne sobre todo. Estuvimos un día de frío y la calefacción no estaba a la altura del día,una lastima.