Restaurante: Guijarro

Este fin de semana hemos celebrado el bautizo de mi sobrina en este restaurante y tengo que decir que no volveremos nunca más. La comida pasable: las croquetas más resecas que he probado nunca, las patatas bravas recalentadas, los chocos sin un triste limón ni un poco de mayonesa... Y del segundo qué decir... Yo pedí sepa y aunque estaba bien cocinada estaba totalmente insípida, el solomillo de cerdo se "hacía bola" y dudo de que esa carne fuese solomillo. Pero si la comida me decepcionó, peor aún el servicio. A un niño le dijeron que no tenían tomate frito y hasta que no insistimos no se lo trajeron ¿quién se cree que en un restaurante no tienen tomate frito?, habíamos contratado una copa después de la comida y según las condiciones entraba todo excepto el cardhu, bien pues la primera sorpresa fue cuando dijeron a los invitados que no entraba ni el vodka ni la ginebra (sin consultar con los padres o preguntar si querían pagarlo a parte), pero bien que pretendían cobrar todas las copas que se incluían en el menú aunque había 17 personas que no las habían consumido. Se les notaba con prisa y con ganas de que nos fuéramos del restaurante, tanto que cuando llegó la hora de los cafés sirvieron de prisa y apagaron la máquina, hasta tal punto que a la madre de la niña del bautizo le dijeron que no le ponían el café... No recomiendo este restaurante a nadie y no volveré nunca.