Mal, muy mal. Para empezar mucho ruido, tanto en comedor como en la calle, ya que las puertas estaban abiertas. La camarera nos atendió dando unas voces escandalosas. Los primeros bien, pero nada del otro mundo, y los segundos mal, trajeron unos platos si y otros no, mucho tiempo esperando entre platos y al traer el entrecot que sorpresa, frío, duro y muy hecho, cuando se pidió al punto, aparte de estar ya cortado en tiras. Yo pedí entrecot, no trozos de carne. El postre pésimo. Para no repetir. Es un menú para engañar a los guiris, por que aquí sabemos muy bien a lo que dan los 24€ del menú de fin de semana.