Restaurante: Hotel Cueli

Hola nos recomendaron este restaurante para ir a comer un grupo de amigas. El restaurante era elegante y el lugar tranquilo la comida estaba muy buena pero la camarera que nos atendió era una incompetente. Después de esperar un buen rato que nos atendiera, los garbanzos con pulpo que nos puso no estaban calientes. Por tres veces la dijimos si por favor nos lo calentaba y no nos hizo ni caso. Y cuando la pedimos el postre tardo casi media hora en traerlo. [...] una pena que un restaurante de esa categoría pueda tener una camarera tan borde. Se nos quitaron las ganas de volver a repetir

Hola, quisiera dar también mi opinión respectp a este comentario que leí, y que bajo mi criterio.... O no fue tu día de suerte, o tendría que pensar que fue el mío, ya que yo estuve a principios de verano en este restaurante con un amigo, y no solamente el trato fue excelente, sino que salimos encantados también de la comida y el servicio, además de que nos dieron de comer cuando ya prácticamente estaban cerrando la cocina porque ya eran las 16 horas y aún así, el trato fue como dije, excelente y el servicio y menú muy buenos. No sé si fue mi día de suerte o el tuyo de mala suerte, pero a mi criterio es un lugar recomendable, tanto en cuanto a su cocina, como en la atención del personal y lo acogedoras de sus instalaciones.

Buscaba un lugar tranquilo para comer y tomar café después en terraza y al ver el estupendo y llamativo edificio con amplio aparcamiento no lo dudamos. Una vez dentro del restaurante las sensaciones fueron cambiando. Nos sentamos y por fin, después de casi diez minutos de espera, alguien se acercó a preguntarnos. El comedor, de gran capacidad, tenía ocupadas solo cinco mesas y no entendíamos que se desatendiera tanto. Pedimos plato del menú (15,50€). Un comensal, de primero, alubias blancas con almejas, y de segundo, bacalao con setas y verduras. El otro comensal, de primero, pisto y de segundo, cordero. En mi caso, las alubias duras; el bacalao me gustó. En el caso de mi esposa, la carne de cordero, intratable; ni ella ni yo -que me dejó probar- pudimos hincar el diente a aquello. Para no estirar mucho mi comentario, una vez llegado al postre, mi arroz con leche tenía el arroz muy duro y parecía estar en agua en lugar de leche (la canela bien). Todo esto, que no contiene ninguna exageración, se rubricó con los cafés que tras el primer sorbo, los dos tuvimos que abandonar. Hoy no hemos acertado.