Restaurante: Hotel Convento I
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Pago de la Vega, s/n, O Burgo Coreses, Zamora 49530 Pago de la Vega, s/n, O Burgo Coreses, Zamora 49530 Pago de la Vega, s/n (O Burgo)
Coreses, Zamora 49530
España
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acerca del Restaurante Hotel Restaurante Convento I
El "Hotel Convento I",hoy es un hotel de lujo de cuatro estrellas,anteriormente fué un antiguo Seminario del s.XIX,de la Orden misionera alemana "El Verbo Divino".
Un spa-balneario con hotel. Un hotel con restaurante. Un restaurante con spa-balneario, para cuidarte por dentro y por fuera..
Restaurante con tres comedores: Uno de estilo Gótico decorado con Códices Miniados, otro Medieval cuyos frescos representan escenas de los nueve héroes y heroínas de la antiguedad y la fuente de la vida, y un tercero que nos acoge bajo cúpulas de ladrillo y arabescos mudéjares.
Cuatro comedores privados con capacidades de 4 a 10 personas,para dar intimidad a su celebración, inspirados en el Renacimiento italiano, sus nombres son tomados de personajes históricos y religiosos ligados a Zamora,son: San Atilano, Viriato, Dña.Urraca y San Ildefonso.
Descubra el cálido ambiente que le ofrece nuestro Restaurante, ubicado en la planta baja. Dónde podrá disfrutar de la cocina tradicional castellana y las propuestas contemporáneas, así como degustar los mejores caldos de nuestra bodega. Siempre atendido por el experto equipo de profesionales de Sala y Cocina.
El primor de las vajillas, la calidad de las cristalerías , la exquisita decoración y la magnifica gastronomía de la cocina del Restaurante Convento I pone en su trabajo toda la ilusión y la profesionalidad que el lugar y los clientes merecen.
En el Convento I se ha sabido combinar acertadamente el cuidado en los grandes banquetes y la atención personalizada en el servicio A La Carta.
Nuestra Carta ofrece al cliente una amplia variedad de platos elaborados todos ellos con productos nacionales, y en concreto de la provincia de Zamora, realizados al estilo tradicional o los más modernos por nuestros maestros cocineros
Todo tipo de Acontecimientos Sociales, Bodas, Bautizos...tienen en nuestro hotel un lugar muy especial.
Fotos del Restaurante Hotel Restaurante Convento I
Información de interés sobre el Restaurante Hotel Restaurante Convento I
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Precio medio carta: 26-35 €
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Capacidad aproximada: Dispone de varios salones para celebraciones y también salones privados para reuniones más íntimas.
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Horarios: Horario: 14:00-16:00; 21:00-00:00.
Instalaciones y servicios del Restaurante Hotel Restaurante Convento I
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acepta tarjetas
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zona ajardinada
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recomendado reservar
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parking
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local no fumadores
clasificación del Restaurante Hotel Restaurante Convento I
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Para mi el mejor restaurante y hotel donde me he hospedado. La atención del personal es excelente, las instalaciones son maravillosas, muy cuidadas y limpias y la comida es exquisita. Hace unos años abrieron el spa y esta muy bien, también me acuerdo de la discoteca egipcia es preciosa. El hotel me enamoro. Lo recomiendo si quieren pasar una noche inolvidable.
Decepcionante. Me llevo a cenar mi pareja, con todo el amor del mundo, pues se suponía quería darme una grata sorpresa. En principio, nos atendieron muy educadamente, situándonos en una amplia mesa, para dos personas, en un curioso salón. Se nos ofreció con amabilidad el vino que elaboraban, con la condición de cambiarlo si no era de nuestro gusto, cosa que no fue necesaria, ya que resulto un vino muy interesante y agradable con un precio excepcional. Sirvieron agua, por su cuenta, ya que no fue pedida ni probada. En cambio, si fue cobrada en la cuenta. Pedimos ensalada de salmón marinado, tulipa de boletus con foie, y bacalao a la parrilla. Nos sirvieron primero el foie. Ya que era un plato caliente, lo esperábamos tras la ensalada, pero eso puede ser lo de menos. Lo curioso, es que fue traída a la mesa y allí abandonada, mientras degustábamos nuestra tulipa de foie. Vamos, un poco de chiringuito de playa. El foie, correcto, los boletus, sin más y la tulipa crocante que acompañaba al plato, resultaba un buen acompañamiento del mismo, además de dar vistosidad. No entiendo, sin embargo, la piperrada servida conjuntamente. La ensalada de salmón marinado, bien presentada en un timbal, bien aliñada y aromatizada, pero con un vulgar he insípido salmón. Hasta ahí, sin más. El bacalao, a la parrilla rezaba en la carta, resulto que se presentaba en una vasija de barro, muy caliente advertía el camarero. Aproximadamente, un dedo de aceite hirviendo, cubría el fondo del recipiente, donde se freía el bacalao junto con las patatas panadera que resultaban ser la guarnición. Indicamos al camarero que por favor nos retirase el aceite de la vasija, a lo que puso un gesto de no gustarle demasiado, si bien indicó, al retirarse, si lo deseábamos emplatado, cosa que agradecimos. Si pedimos esto, lo hicimos, primero porque deseábamos el bacalao a la brasa o parrilla, no frito, y quizás más importante, el calor del conjunto haría que secase el producto mucho más de lo que en apariencia ya parecía. El resultado fue el que parecía: un buen lomo de bacalao de carne apelmazada y seca. Sus acompañantes, las patatas panadera, estaban igualmente secas. Deje el plato a medias. Se nos ofreció postre por parte del camarero de manera mordaz y poco afortunada, refiriéndose a sí deseábamos postre y si queríamos que este no engordase. Le sugerí que deseaba un postre bueno y rico, por no decirle que se pudiese comer. Me ofrecieron una tarta del convento, que pedí acompañada de helado, y mi pareja una tara de queso. Esta última, decente, sin más. Mi tarta del convento, reconozco que estaba bastante bien, suntuosa variedad de cremas con un buen resultado final. Mi disgusto llegó con el helado, totalmente cristalizado y en cuyo interior existía hielo que crujía al masticar. Al pagar la cuenta, tuve que salir casi al exterior. Lo entiendo, puesto que los muros del local, dan lo que dan para un datáfono. Ante la pregunta que me realizaron, con una amplia sonrisa, sobre mi satisfacción de la cena, simplemente indique, que el bacalao, nos pareció un tanto seco, y sugerí, que quizá, el barro caliente no era una buena idea. La sonrisa desapareció, y se me hizo saber, que eso es lo normal, puesto que la parrilla, seca el bacalao, y por eso la grasa en el barro y los acompañamientos basados en distintos aceites que pusieron en la mesa. Por supuesto, me callé. He comido excepcionales bacalaos, a la brasa o parrilla, en el etxebarri o en baserri maitea, por ejemplo, sin ninguna necesidad de adulterar un buen producto. Buen hacer, eso es lo necesario. Como dije, decepcionante.
He estado estas vacaciones cenando un día, me habían hablado de el y viéndolo por Internet me decidí, aun estando a 120 km, fuimos 3 parejas con sus respectivos hijos, pues la bienvenida que nos hicieron es que los cubiertos no son para jugar en relación a los niños, os digo la verdad me sentó mal la cena, los camareros secos, sosos y siempre mirando de reojo a ver que hacían los niños, si queréis un sitio agradable no se lo recomiendo a nadie.
La comidad estuvo bien, además del trato. Lo que me parece de mal gusto es la decoración. Más propia de un casino que de una restaurante rural. Lleno de faraones, romanos y motivos religiosos. El mal gusto personificado en un hotel- restaurante.
Mi opinión sobre este hotel es excelente, mi marido y yo estuvimos hace 3 años en una boda y aparte de ser de lo más bonito sus instalaciones, la atención por parte de los que allí trabajaban fue exquisita, sin olvidarnos de sus buenos menús y de las instalaciones adecuadas que tienen para bailar, charlar y pasar un día inolvidable. En abril volveremos a repetir pero esta vez podremos disfrutar además de sus habitaciones y del spá, si podéis os recomiendo que vayáis a verlo, es la envidia de muchos restaurantes de zamora