Restaurante: Il Vesubio

Nos sentamos en una mesa en el exterior del local, para cenar sobre las 23:20 de la noche, un viernes a principios de octubre y al cabo de un rato, aparece el dueño con unos amigos y nos dice "no hay comida", le preguntamos la razón y nos dijo que la cocina estaba cerrada y un amigo que le acompañaba, en tono jocoso y al ver nuestras caras de fustración, justifico diciendo, es que son napolitanos y no están acostumbrados a nuestros horarios, uno de nosotros, dijo, pues deberían de acostumbrarse, a lo que el dueño respondió, "yo me acostumbrare a lo que yo quiera", nos retiramos sin chistar, cerca de allí había una decena de restaurantes abiertos y funcionando sin problemas.

Es un sitio acogedor, con un personal muy agradable y una comida excelente. Celebré el cumpleaños de mi hija allí y todo estuvo perfecto. He vuelto otras veces y he quedado igual de satisfecha. Lo recomiendo

El sitio es acogedor, pero hay demasiadas mesas para tan poco espacio. La comida es muy corriente y a precio de alta calidad. El personal poco agradable. Nosotros comimos un entrante de fritos ( 2 croquetas muy secas, 2 rodajitas de queso y dos panes con tomate picadito) 8. 50€ un plato de pasta con verduras, una lasaña de carne y espaguetis con mejillones, todo sabia igual, todo tenia la misma salsa de tomate. No nos arriesgamos con el postre. No tomamos nada. La cuenta 60 € que desastre, no volveremos jamás.

Restaurante italiano situado en lo más céntrico de sevilla, en un entorno muy acogedor. La cocina, es de lo más decepcionante que hemos probado últimamente. Fuimos allí recomendados por un amigo poco exigente con la relación calidad-precio. A destacar el solomillo en salsa de setas del que dejamos la mitad porque crugía de todas las fibras, grasa y nervios que tenía la porción de carne. Es la primera vez que veo un solomillo lleno de pitracos. Y el precio era de 19,50€, nada económico. Y a destacar también el postre (que pedimos para compensar la deficiencia de la comida) pedimos profiteroles y presentaron 3 profiteroles mal decongelados y duros, cubiertos de chocolate de bote y nata, por el que nos cobraron casi 5€. En total, cerveza, copa de vino, servivio de pan (3,60€ dos personas) entrante para compartir, un principal para cada uno, y los magníficos profiteroles, nos salió a casi 54 €. Todavía nos duele. Porque cuando se disfruta de las cosas no se presta atención, pero cuando te timan, duele. Ah, es el primer italiano que conozco en el que no hay pizzas. Espero que le sirva a alguien y gracias.

Muy agradable. Buena cocina. Superior a lo que se espera de un italiano estándar. Buena relación calidad/precio. Volveré siempre que me apetezca cocina italiana.