Restaurante: Insolit

Fuimos de comida familiar un mediodía, había gente y nos tuvimos que esperar un poco pero en la entrada han puesto una zona de barricas de vino grande donde hacer corrillo con la copa de vino en un entorno luminoso y todo blanco muy bonito, así que fue grata la espera. El menú de mediodía está muy bien, muy casero! Habían lentejas como las de la abuela! Jajaja apetece comer sano y como en casa si comes siempre fuera no? Lo recomiendo!

Estuvimos once personas a comer el domingo. Nos pusieron en una especie de patio cubierto, donde olia a cloaca. Nos excusaron diciendo que habían abierto el pozo ciego los vecinos. No fueron ni para poner unas velas olorosas o algo para disimular la peste, hasta que se lo dijimos, y así lo hicieron. Pero este solo fue un problema, el otro fue la desatención total que tuvieron con nosotros, ni reponer la bebida, ni siquiera traer a tiempo los platos; teníamos que llamar su atención a cada momento, lo cierto es que con peste y todo, tardamos tres horas en comer, y ni tan siquiera pedimos postre, ante la lentitud en servir y atender, y la desidia. Nos quejamos al dueño, y nos dijo que"todos habíamos llegado a comer a las 14 horas "¿¿¿¿ con gran prepotencia y sin un gramo de humildad. El genero es cierto que estaba bueno, pero una hora y pico entre plato y plato fue excesivo. Ah! Ademas, pedimos unos platos para ir picando, y aun es el momento que nos los sirvan.

Fui a comer al restaurante Insòlit este Sant Jordi y la verdad es que me sorprendió gratamente. Al ir ya sabíamos que nos costaría un poco más de lo normal pero nos apetecía probarlo. Al llegar, el local tiene una decoración exquisita que lo hace ser muy ameno y más con esos colores vistosos (en la zona de fumadores) y el juego de rojo y negro. El camarero fue muy atento, sincero y muy cercano. Nos encontramos con que para Sant Jordi hacían un menú de 30 euros que estaba estupendo. Yo comí un bistec con foié que estava... de muerte. Me lo hicieron al punto como les pedí y estaba en su punto, perfecto. Como punto negativo, la decoración no va nada acorde con los baños que son bastante antiguos y además la gente despistada con frecuencia deja la puerta abierta. No obstante, comí muy bien y en el mismo menú te dan un plato con varios postres que estaban muy buenos pero iba a explotar :)

Han cambiado la carta y han puesto unas tapas con raciones enteras y medias raciones que están buenísimas! La última vez que fui nos partimos primeros y segundos, tomamos un vinito sencillo, y cafés y nos salió por 21€ por cabeza! Así que está genial! Lo recomiendo mucho por que la comida está muy, muy buena! Y con la crisis se han sabido adaptar perfectamente a las necesidades de nuestro bolsillo con las 1/2 raciones sin tocar la originalidad ni los buenos condimentos! Les felicito por su buen hacer y por su trato siempre feliz y atento! Volveré pronto!

Un restaurante que si no vas tampoco te pierdes nada del otro mundo, ya es hora que cambien un poco la carta, los clásicos se hacen cansinos. En cuanto a decoración no niego que este original dentro de lo clásico mezclando con lo moderno pero deberían cuidar mas el aspecto de dejadez, las paredes desconchadas y el suelo algo destartalado se debería cuidar un poco. Lo antiguo no está reñido con lo cuidado digo yo.