Es un restaurante asiático con bastante variedad. La calidad esta bien, bastante recomendable, lo único que el precio es ligeramente alto
Es un restaurante asiático con bastante variedad. La calidad esta bien, bastante recomendable, lo único que el precio es ligeramente alto
Domingo 12 de octubre fuimos a comer con mi marido, para que tu entres y consumas son muy amables pedimos entrante pho pbia rollos de verdura de pena 5 cm pequeños con hojas de menta nada que ver pad thai eran tallarines con 5 trozos de cebolla y otros de pimiento verde. Y plato de tofu con verduras la camarera me describió todas las verduras que traía dicho plato. Y me traen el tofu pasado de tanto saltear solo con cebolla y ya. Le pregunto por el resto de verduras y me dice que el plato es así, cuando le digo falta el resto de verduras que tu me has dicho que trae ella me dice no entiendo español. Jajjajaj que gracia tienen pedí el cambio del plato tardaron y para burla me han puesto las verduras arriba sin saltear y frías. Un vergüenza de restaurant además de caro un zumo de naranja natural vaso de cañita 4€. De mal gusto no lo recomiendo para nada.
Excelente restaurante oriental. Insisto en "oriental" porque la carta no se compone de platos exclusivamente chinos, sino que abarca un abanico mucho más amplio de la cocina del lejano oriente. La cocina es muy buena. Los productos son de primerísima calidad, con una presentación impecable y con buen gusto. El servicio es rápido, ágil y muy amable. Todo ello supervisado por una encargada, que además de bella, simpática y muy implicada, trata a cada cliente como si fuera único. En resumen: el mejor restaurante oriental que conozco en la comunidad de Madrid. Si desea quedar bien con amistades, familia y pareja, no dude en apostar por éste magnífico establecimiento, decorado al estilo "feng shuí" y con una relación calidad/precio perfecta.
Uno de los mejores restaurantes orientales que conozco. No he probado una tempura mixta tan buena como la de jade. No es aceitosa, sino ligera y riquísima. A destacar también, los langostinos picantes y la tempura de helado como postre. Sensacionales.
Hacía años que no iba al Jade de Getafe a comer. Recordaba que la comida estaba bien pero había olvidado por completo el servicio desastroso del restaurante. Nada más sentarnos, un empleado nos tomó nota de la bebida. Con mi botella de agua mineral no tuvo problemas, pero todo se complicó cuando mi compañero pidió una clara con limón (vamos, cerveza con fanta de limón para que nos entendamos todos). Al rato, el camarero volvió alarmado para decirnos que no era posible servir una clara con limón. A cambio ofrecía gaseosa, un botellín de heineken y otras bebidas que ya no tenían nada que ver con lo que le habíamos pedido. La elección fue un botellín y gaseosa (para confeccionarnos nosotros mismos la clara). Enseguida llegó una empleada que parecía la encargada (lo dedujimos por su carácter recio: comparado con esta señora, la señora rottenmeier era un encanto). Nos dio una disertación sobre la cerveza heineken, la cerveza china y la japonesa (todo este lío por haber pedido una clara). Seguidamente pedimos un menú que se componía de 3 platos: un primero (tipo rollito de primavera), un segundo (yo pedí unas tiras de buey con una salsa que ya no recuerdo) y un tercer plato (tallarines). Me trajeron el rollito como 10 minutos antes de traerle el primero a mi compañero (él se pidió una sopa que no precisaba demasíada elaboración). A los pocos segundos, un camarero depositó fugazmente un plato de espaguetis con verduras en la esquina de la mesa. Nos quedamos sorprendidos al ver ese plato, ya que lo más parecido a los espaguetis eran los tallarines, y eso tendría que llegar como tercer plato, no junto con el primero. Como la supuesta encargada estaba cerca, le pregunté qué era ese plato. En tono jocoso, me indicó que eran los tallarines y que ellos los sirven siempre de primero porque "la gente suele comérselos con el rollito". Visiblemente enfadada, se los volvió a llevar para volver a traérmelos recalentados después del segundo plato (prometo que yo no la agredí de ningún modo, sólo pregunté). Nos sentimos realmente violentos por el comportamiento del personal a la hora de resolver situaciones tan sencillas como las arriba descritas. A todo esto, la comida no era nada excepcional. Si lo comparo con la última vez que estuve ahí, la calidad ha bajado mucho. El decorado es lo único que vale. Conclusión: nosotros no volvemos.
Magnífico restaurante. Especial mención a su cocina, al impecable servicio y a la belleza de su encargada. Elegancia y buen gusto sobre todas las cosas.
Estafa manifiesta!!!!!!!!! Es el restaurante asiático menos asiático en el que he estado en la vida. El trato es bueno y los camareros son agradables pero la comida es fatal, para que lo mejor de la cena sea el café... Con eso se dice todo. Las cantidades son más bien escasas, comparadas con las habituales de cualquier restaurante chino, el sabor es como si lo cocina mi madre con un wok en su casa, las salsas son peores que las que puedas comprar en un supermercado... Después de todo lo dicho, solo añadir que el precio es caro para lo que sirven. Una pena de restaurante, no lo recomiendo y por supuesto que yo no vuelvo.
A quien le guste la comida asiática, que no lo dude. El Jade es de los pocos restaurantes de calidad que ofrecen este tipo de comida, en cualquiera de sus variedades thailandesa, china o japonesa la calidad esta muy por encima de los típicos chinos de barrio. El local es muy tranquilo y acogedor, la decoración moderna y con buen gusto. El servicio perfecto, los camareros orientales muy atentos y simpáticos, perof endientes de cualquier cosa que necesites. Pero lo mejor es la gran variedad de platos que puedes encontrar en la carta, que te hace difícil decidir. Todos los que he probado (y he probado muchos) buenísimos. Aparte de hacer los mejores rollitos que he probado. En definitiva un restaurante oriental diferente y con clase. Muy recomendable.
Opinión después de una de las veladas más caras-cutres de todas a las que he asistido.
Para ir por un orden de criticas empezaré por el local.
El local no es tipo Japones es un local con una decoración asiatica del Ikea, nada que ver con lo oriental. Por este motivo el nombre de Jade creo que sobra.
El servicio es oriental pero creo que no existe ningún japones dentro del staff de camareros. Llamándose Jade y propagando comida japonesa lo menos seria tener alguien de staff japones.
La carta es una carta comercial asiática de mala calidad. La comida Thailandesa no es tailandesa ni mucho menos. Los pai thai o rollitos thai son de mala calidad y encima el cocinero no sabe prepararlos. La comida china es patética, muy inferior al típico restaurante Chino de barrio y la Japonesa es comida congelada de las ferias temporales que se celebran en las grandes superficies .
Si pasamos a hablar del menú degustación ... como ellos bien dicen es un poco de todo pero a lo cutre, escaso y mal cocinado.
A esto hay que sumarle el precio elevado no justificado con la relación calidad-precio-servicio.
Espero que este restaurante no estafe a más gente que le gusta este tipo de comida y espero que tampoco cambien su opinión sobre la comida asiatica.
He ido muchas veces a comer a este restaurante y es uno de los mejores orientales que conozco. Y conozco muchos, sobre todo en Madrid. Es cierto que no es barato, pero hay platos como los langostinos picantes, la tempura mixta y la tempura de helado, totalmente insuperables. Por otro lado, el servicio es bastante bueno y los vinos tienen muy buen precio. Lo digo porque es uno de los apartados en los que los restaurantes hacen negocio. En resumen: totalmente aconsejable. Al menos, el de nassica. En el de getafe no he estado.
Por fin podemos disfrutar de un restaurante de comida oriental que no huela a aceite de sésamo refrito y no tenga una decoración absolutamente hortera. Lo cierto es que el restaurante de Getafe Centro, tiene una cuidada decoración chino - colonial, los platos están bien proporcionados y muy bien elaborados. Las tempuras son geniales al igual que los sushis, pero el pato a la naranja es colosal.
Con una escueta y modesta pero interesante carta de vinos y un menú infantil muy recomendable
Lo malo es que resulta un poco caro